Se trata de una historia bastante rápida de leer, yo creía que me costaría un poco más seguir la narración del autor, pero para nada, es una lectura muy ágil y el autor consigue que te introduzcas de lleno en la misma gracias a la atmósfera atrapante que consigue crear, en ese Londres del siglo XVIII, con callejuelas cubiertas por la oscuridad y la niebla. El autor en apenas unas pocas páginas plasma lo que quiere expresar y la trama a la vez de interesante resulta bastante inquietante, como en cada ser humano convive la dualidad del bien y el mal, ya que ambas conforman la naturaleza humana. Si hubiese sido un poco más extenso se podría haber conseguido una mayor profundización en cada uno de los personajes, pero a pesar de ello he quedado bastante satisfecha y tenía muchas ganas de conocer por fin esta historia.
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