La glándula de Ícaro: El libro de las metamorfosis

Hemos leído la novela en el club de lectura de la Librería Ambulante y por las impresiones que hemos ido dando en Telegram unos y otros, parece que ha gustado mucho a los amantes de la ciencia ficción y ha gustado menos a aquellos que los que se les atraganta un poco todo lo que escapa de la realidad. Yo me encuentro en el primer grupo. ¡Me ha encantado!

Creo que los siete relatos tienen varios denominadores en común: El control o adoctrinamiento a la que se ven sometidos sus protagonistas, el que las historias “metamorfosean” a mitad de recorrido, la buena mano de la autora consiguiendo que entremos en su campo de visión e introduciendo pequeños toques de humor que aportan frescura al conjunto y el dejar los finales lo suficientemente cerrados como para tener una opinión formada de lo que pensamos que ha sucedido y lo suficientemente abiertos como para invitar a la reflexión y el debate.

LA GLÁNDULA DE ÍCARO 🌟🌟🌟🌟🌟

SITI 🌟🌟🌟🌟

EL LAZARILLO 🌟🌟🌟

EL PARÁSITO 🌟🌟🌟🌟

LA FRONTERA 🌟🌟🌟🌟🌟

DELICADOS PASTOS 🌟🌟🌟🌟

SPOKI 🌟🌟🌟🌟

Anna  STAROBINETS  ya me cautivo con frases como esta en “Tienes que mirar”

 «𝘼𝙦𝙪𝙚𝙡𝙡𝙤𝙨 𝙦𝙪𝙚 𝙝𝙖𝙣 𝙥𝙚𝙧𝙙𝙞𝙙𝙤 𝙨𝙪 𝙖𝙥𝙖𝙧𝙞𝙚𝙣𝙘𝙞𝙖 𝙝𝙪𝙢𝙖𝙣𝙖 𝙣𝙤 𝙥𝙪𝙚𝙙𝙚𝙣 𝙘𝙤𝙣𝙫𝙚𝙧𝙩𝙞𝙧𝙨𝙚 𝙙𝙚 𝙣𝙪𝙚𝙫𝙤 𝙚𝙣 𝙥𝙚𝙧𝙨𝙤𝙣𝙖𝙨»

Con esta nueva apuesta de @impedimenta se ha convertido en una autora que estoy deseando continuar leyendo. 

A través de siete relatos escalofriantes, Anna Staronibets nos introduce en un mundo paralelo del que es difícil escapar, entras en una tela de araña que te atrapa sin remedio. 

Podemos considerar esta obra de Ciencia ficción o no, una realidad dominada por máquinas, directrices inverosímiles, mundos virtuales, experimentos, viajes en el tiempo, metamorfosis que lleva a la humanidad a creer en algo y alguien que los controla por encima de su anodina existencia. 

Dominados por el ego y por la ignorancia, quedan inmersos en ese mundo que es su realidad, son  «𝙖𝙡𝙢𝙖𝙨 𝙘𝙖𝙙𝙪𝙘𝙖𝙨» 𝙮 𝙘𝙪𝙖𝙣𝙙𝙤 «𝙡𝙖𝙨 𝙥𝙧𝙚𝙜𝙪𝙣𝙩𝙖𝙨 𝙩𝙚 𝙘𝙖𝙚𝙣 𝙚𝙣 𝙡𝙖 𝙘𝙖𝙗𝙚𝙯𝙖 𝙘𝙤𝙢𝙤 𝙢𝙖𝙣𝙯𝙖𝙣𝙖𝙨 𝙥𝙤𝙙𝙧𝙞𝙙𝙖𝙨» te das cuenta de que son realidades que en algunos casos no están tan alejadas de cualquier sociedad controlada. 

El miedo y  la incertidumbre vuelven a reconectar  con el lector enfrentándonos a las dudas de sus personajes, quienes  se enfrentan a la posibilidad de elegir, de ser capaces de abandonar sus ataduras y rebelarse contra el sistema, pero la tela de araña los ha envuelto sin remedio.

Con un estilo directo y cercano como todas sus historias se vislumbra el rastro de una  humanidad que queda enterrada por la ciencia y la tecnología, un trasfondo escondido entre bastidores que abraza esta historia como una red.

¿Elegir la frustración de una vida “normal” o la satisfacción inmediata que ofrece el mundo tecnológico?

Todos estamos inmersos en procesos de cambio constantes que nos llevan a dar pasos para descubrir el mundo cada vez más inverosímil en el que vivimos.

Es posible que la tela de araña nos atrape también, o estemos ya atrapados sin saberlo, quien sabe… tengo claro que yo si he quedado atrapada por la escritura de Anna.

Una autora a la que hace tiempo que tenía fichada, pero con la que, entre unas causas y otras, todavía no me había estrenado.

Mal, muy mal por mi parte. Ahora quiero leer todo lo que escriba. Qué imaginación portentosa, qué capacidad de dejarte pensando con cada relato, de entretejer tantas capas de subtexto en cada párrafo, de criticar tantos temas de forma casi casual pero totalmente presente, de usar la ciencia ficción para perturbar e incomodar al lector y no dejarlo nunca indiferente.

Qué distopías aterradoras, con elementos que no hacen más que reflejar nuestra realidad actual, en mayor o menor medida. Girando cada relato en torno a temas comunes como el control de masas, el adoctrinamiento, la presión social, la manipulación de la información, los extremismos, la alienación del individuo o el capitalismo, con deliciosos momentos de humor negro, otros rayando el surrealismo, frescura narrativa y unos finales extraordinarios, que cierran la historia lo suficiente como para resultar satisfactorios pero, por otro lado, dejan mucho margen para la reflexión y el debate.

Y, precisamente por eso, ha sido magnífico disfrutarlos y comentarlos en la lectura conjunta de @manderleyclubdelectura, sacándoles distintas lecturas y múltiples interpretaciones.

Espero que Impedimenta nos siga traduciendo a Starobinets, ya que la mayoría de sus obras se encuentran descatalogadas en España. Qué pena que una autora de esta calidad y originalidad no se lea mucho más.

Para mí el verano suena a antología. Es la época del año en la que más me gusta consumir colecciones de relatos, y más si tienen algo que ver con el terror. El año pasado fue Mariana Enríquez y en éste me paso al lado CiFi con Anna Starobinets.

En «La glándula de Ícaro» la autora, que me enamoró con su estilo crudo, aséptico y directo en «Tienes que mirar», nos ofrece siete relatos que se encuentran en ese punto en común que tienen la ciencia ficción y el terror. Después de todo, Anna es considerada una reina del género en su país de origen y para muchos otros autores.

Estos relatos son entretenidísimos y perturbadores. En todos ellos hay un poso de crítica social ácida, llena de sorna y con ciertos toques de humor negro. En estas historias se respira transhumanismo, metamorfosis, terror corporal, biopunk… Lo que está claro es que Anna Starobinets tiene una enorme imaginación.

También es cierta una cosa: no ha sido el libro de mi vida. Me ha costado en ocasiones captar las situaciones más abstractas y los saltos narrativos, ya sea por las descripciones y hechos como por la propia naturaleza de los cuentos. Aún así, eso no quita que sea un libro divertido y turbador que merece la pena echar un vistazo, sobre todo si te gusta el género.

Mis relatos favoritos:
�l lazarillo, sobre la cruel industria cinematográfica en cuanto a los guionistas (cosa que toca muy de cerca a Starobinets).
�l parásito, sobre los fanatismos religiosos.
🖤Spoki, sobre el peligro de dejar que las tecnologías críen a los niños.

Nos vamos a encontrar con un libro de relatos de ciencia ficción, de terror según la sipnosis, aunque yo personalmente no he pasado miedo ni angustia, sino desasosiego y confusión, con bastante tensión.

Creo que son relatos para reflexionar, con un eje basado en la tecnología, y que lo que más llama la atención, y que también puede dar ese terror del que hablan, es lo posible que estos escenarios de locura sucedan, cómo ves que es ciencia ficción, con estados futuristas, pero que son muy palpables, muy reales, demasiado cercanos...

Son relatos que invitan a la reflexión, muy cortos, quizá es la única pega que le pongo, que me han dejado con ganas de más, pero que a la vez, cumplen su función de dejarte reflexionando por sus finales abiertos, pues la autora pienso que nos ha plantado las bases, o la semilla, y el resto es nuestro, lo que le otorga un valor especial.

Como temas que se pueden ver que subyacen, se puede vislumbrar el intervencionismo del estado (la autora es rusa, y tenemos siempre ese aire soviético en la narración), manipulación de los medios, uso inadecuado de las tecnologías, adoctrinamiento, religión VS ciencia, extremismos, con ciertos toques de humor que le van a aportar frescura.

Definitivamente es un libro que recomiendo y que, como mínimo, te va a dejar pensando después de leerlo.