¡Tenemos una granja!

'¡Tenemos una granja!' es de esos libros que quizá, sino hubiera encontrado en una lectura conjunta, no me habría animado a leer. Porque no es muy de mi estilo y aunque cuando los leo suelen gustarme, no son mis primeras opciones cuando tengo que decidir mi próxima lectura. La cuestión es que me apunté, y me alegro de haberlo hecho porque ha sido una historia que me ha gustado mucho, y en la que he podido sentirme un poco identificada en lo que a la pérdida de una madre se refiere. Es cierto que esa es mi única similitud con los hermanos, pero ha sido suficiente para entender lo mal que se sienten y lo perdidos que se encuentran en algunos momentos, porque no es fácil superar algo así (aunque en mi caso yo sigo teniendo a mi padre y ellos no).

Estamos ante un libro que nos cuenta una historia sencilla, quizá algo predecible y que me ha puesto nerviosa en algunos momentos por la actitud de los personajes, pero que se lee con mucha rapidez porque la trama engancha y mucho. Son varias las cosas que suceden que no les ponen el camino fácil a Álvaro y Serena, y obviamente, tenemos relaciones de amor de esas que van poco a poco, en la que parece que a los protagonistas les cuesta afrontar lo que sienten, y que en algunos momentos te dan ganas de gritarles que espabilen y se dejen de tonterías. Pero lógicamente si todo fuera fácil y maravilloso desde el principio no tendríamos historia, y en esta que tenemos dos que suceden de forma paralela aunque sean muy distintas una de otra, yo creo que me quedo con la de Álvaro, aunque le hubiera dado una buena colleja de vez en cuando por cómo actúa. Pero no sé, la de Serena va mucho más lenta todavía y no me ha llegado como la otra, aunque me ha enternecido y gustado mucho también.

Siempre he creído que en los pueblos pequeños existe como una magia que los envuelve y que hace que todo lo que ocurre en ellos se sienta de una manera distinta, como más intensa. Yo me he pasado muchos veranos de mi vida en uno, y siempre creía que lo que allí vivía se intensificaba quizá porque sabía que iba a ser poco tiempo el que iba a pasar y por eso tenía que aprovecharlo. Es un poco lo que le sucede a Álvaro, que sabe que su estancia tiene fecha de caducidad y por ello quiere aprovechar cada minuto, pero tengo que reconocer que en cierto momento me ha parecido, realmente, un cobarde, y he sentido mucha rabia por lo que hace. Pero como he dicho más arriba si las cosas no sucedieran como suceden, no tendríamos historia, y al final, todo tiene su por qué, y su solución, y me ha encantado.

Creo que es obvio que estamos ante un libro que va a tener un final feliz, porque así es siempre en este género, y aunque nos gusten los finales complicados y las historias que no acaban bien para todos, de vez en cuando apetece leer algo que sabes que si lo va a tener, ¿verdad? Y a mi el que nos encontramos aquí me ha parecido perfecto. Aunque es verdad que quizá algunas cosas quedan sin cerrar, o algunos personajes se quedan por ahí sueltos, pero no es realmente importante para la trama en sí, o para la historia que realmente nos importa. La pluma de Ester me ha gustado mucho porque es sencilla, ligera y fresca. Usa un vocabulario normal, tirando a juvenil o coloquial, como queráis llamarlo, y a mí, ese tipo de narración, siempre consigue que me enganche más a la historia y me sea más fácil de leer, y lo agradezco mucho, sobre todo en este tipo de libros.

En resumen, '¡Tenemos una granja!' es un libro con una historia sencilla de dos hermanos que tienen que afrontar juntos una gran pérdida, y que tienen que convivir 6 meses en la casa que les vio crecer y de la que se fueron hace mucho tiempo, demasiado quizá. Tenemos a varios personajes que se reencuentran o encuentran a medida que avanza la historia, que nos darán muy buenos momentos y dos historias de amor muy intensas, de esas que se disfrutan por la lentitud, las idas y venidas, los problemas que van surgiendo y el miedo a afrontar realmente los sentimientos. Pero que al final sabes que tienen que terminar bien porque el género invita a un final feliz para todos. Os lo recomiendo si os gustan las historias ligeras y frescas que se leen en un suspiro y que emocionan y nos hacen disfrutar en todo momento, aunque algunas actitudes no nos convenzan del todo.

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Cuarto libro del confinamiento: ¡Tenemos una granja! de Ester G. Escobar @estergescobar y me lo he terminado en ¡2 días! Después del desastre anterior quería una lectura amena y rápida. Os cuento:

Pros: es una novela romántica al uso, con su final feliz y sus ganas de querer ser uno de sus personajes. Se lee rápido y es divertida, Serena una de las protagonistas está muy loca y te enamoras de ella por su espontaneidad. Te metes tanto en la historia que no puedes dejar de leerla, aunque sabes cómo va a acabar necesitas leerlo.

Contras: la autora necesita buscarse otro corrector, he encontrado un montón de errores (y lo de cambiar ir por venir no lo entiendo...). Hay también algunos saltos se ubicaciones durante las conversaciones de los personajes, pero nada importante.
Valoración: 4/5 es muy fresca pero debe vigilar la escritura y la corrección.

Sinopsis: La madre de Álvaro y Serena acaba de fallecer, dejándoles huérfanos, recibiendo en herencia el que había sido su hogar familiar, una granja en Ródenas, Teruel. Pero solo podrán heredarla con una condición: convivir en ella durante al menos seis meses.Los dos hermanos tienen su vida construida en Barcelona. Aun así, deciden emprender esta nueva aventura por motivos bien distintos y encarando la situación de modo muy diferente. Serena, como una oportunidad; Álvaro, como una obligación.Esta aventura les llevará a conocer a personas encantadoras como Lucía, Diego o la pequeña Andrea, y les pondrá en situación de conocerse mejor a sí mismos, y decidir por qué están dispuestos a luchar. ¿Se convertirá el pequeño pueblo de Ródenas en algo más que una aventura para ellos?

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Este libro me ha encantado, ha sido muy fácil de leer y engancha enseguida. Está narrado a dos voces entre los hermanos protagonistas, así conseguimos ponernos en su piel que frente a los problemas que ocurren en la novela, cada uno lo enfrenta de una forma completamente distinta.
Los giros que tiene la novela no son radicales, pero justo cuando aceptas lo que ocurre todo cambia.
En definitiva, la autora consigue una novela fresca, fácil y adictiva.

Este novela esta catalogada como género Chick-lit, un género que a mí me gusta bastante. Tenemos a dos protagonistas que nos cuentan la historia en primera persona: Álvaro y Serena. Cada capítulo será contado por uno de ellos, algo que me ha gustado bastante, porque así tenemos el punto de vista de los dos.

Cuando la madre de ambos fallece les deja en herencia la granja donde se han criado, en un pueblecito donde todos se conocen y la vida es más bien aburrida, o al menos ellos así lo piensan. La condición de heredar es que tienen que vivir 6 meses en la granja.

Por un lado tenemos a Serena, dueña de su propia revista y con las ideas muy claras, si quiere algo lucha con todas sus fuerzas por conseguirlo. La idea de irse a la granja no es que le haga especial ilusión, pero necesita el dinero para conseguir uno de sus sueños.

Álvaro estaba deseando alejarse del pueblo, y en cuanto tuvo la edad no se lo pensó mucho en irse a la ciudad a estudiar económicas y ser el mejor en lo suyo. Lo de volver a la granja no le hace ni pizca de gracia, pero Serena es terca como una mula y como su vida se tuerce un poco, decide seguir a su hermana hasta Ródenas.

Los 6 meses que tienen que vivir en la granja no van a ser fáciles para ninguno de los dos, la vida les pondrá diferentes pruebas que tendrán que ir sorteando si quieren que la finca siga a flote, y las locas ideas de Serena desquiciarán bastante a su hermano.

Los personajes secundarios tienen un papel muy importante, Lucía, la dueña del bar y amiga de la infancia, una mujer con las ideas muy claras, directa y que no se deja pisotear, debo decir que es mi personaje favorito. Diego, el sexy vecino que vive junto a su encantadora hija Andrea con sus padres. Él es un hombre seco rozando lo estupidez, pero sus motivos tiene.

Encontraremos dos historias de amor diferentes, en las que harán que los personajes vayan creciendo. Yo el mayor cambio lo he notado en Álvaro, cosa que me ha gustado mucho.

Es una novela muy llana, en la que es bastante predecible lo que va a pasar, pero en la que vas a pasar un buen rato y te arrancará más de una sonrisa.
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Cuando lo empecé estaba convencida que la cosa iba de hermanastros que se enamoraban, porque una vez más me he dejado llevar por la apariencia del libro y no me he leído la sinopsis. El principio fue bastante lento, pero supongo que necesario para poder ubicarnos en todo lo que estaba sucediendo, además claro de presentar muy bien los personajes.

Hablando de personajes, los dos principales, hermanos totalmente opuestos, pero es gracias a eso que que se terminan por complementar, esa relación entre Serena y Álvaro me hizo pensar un montón en mis hermanos y que a pesar de estar separados siempre que nos necesitamos estamos allí, además que mi hermano al igual que Álvaro siempre me termina por apoyar en las decisiones más locas. A pesar de sentirme identificada con estos hermanos, no me terminaron de agradar, osea no los odio ni mucho menos, pero es que Serena era muy impulsiva tanto que a veces no le da importancia a las consecuencia; por otro lado Álvaro, que es demasiado terco y cerrado, piensa muchísimo las cosa y muy negativo, juntos se pueden sobrellevar, pero separados no quisiera estar cerca de ninguno.

Los secundarios me agradaron más, aunque me he equivocado muchísimo con Iris, pues durante toda la historia estuve esperando la puñalada por la espalda que le iba a dar a Serena, pero nunca pasa. Diego en cambio, no se, no me terminaba de pasar, pero más por él por la relación que se va dando entre él y Serena no me la senti muy real, no tengo muy claro en qué momento pasa, en cambio, la de Álvaro y Lucía si me hizo sentir emocionada y me partió el corazón de a poco.

La trama es bastante ligera, pero se lee súper rápido, por lo menos yo me lo leí en eso de 1 día, se disfruta toda la lectura, eso sí, no esperemos grandes cosas, todo es bastante predecible pero nunca llega a ser chocante o aburrido.
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