Maus I y II

El autor, Art, nos cuenta la vida de su padre antes, durante y después del régimen Nazi en Polonia. Contar la vida de su padre supone contar la vida del resto de la familia y la suya propia.

Al tratarse de una historia real, la trama son hechos reales, hechos muy duros, y que por mucho que se lea de esta época, cada historia aporta datos nuevos, visiones distintas de esos días, y hace que recuperes la fe en la humanidad al mismo tiempo que la pierdes del todo.

La forma que tiene el autor de contar la historia me ha fascinado. al tratarse de una novela gráfica es todo muy ágil, pero no pierde detalle. En ningún momento he tenido la sensación de que me faltase información.
Además, el autor no sólo cuenta la historia de su padre durante el régimen, también nos lleva con él a las visitas que le hace a su padre mientras le relata la historia, de forma que descubriremos la persona que es su padre ahora y cómo los años del régimen lo han dejado marcado, a él y a todos los supervivientes.
El libro también nos abre una ventanita a la vida del autor: la relación con su padre, con su madre, con su esposa, sus dudas al publicar la historia de la familia. Terminé el libro con la sensación de haber conocido personalmente al autor.

Una lectura que los amantes de la novela histórica no deberían dejar pasar, y que los no tan amantes también pueden disfrutar y así conocer un poco más de la historia y del presente, porque nuestro presente está definido por nuestro pasado, pero también por el pasado de nuestros padres.

Ha quedado claro que me ha encantado ¿no?

‘Maus', la única novela gráfica ganadora de un Pulitzer, es todo un clásico dentro del género y tras leerlo, no puedo sino ratificar esa consideración.
 
Narra los sucesos que vivió la familia Spiegelman, es decir, los antepasados del autor durante la segunda guerra mundial. Pero lo hace de una forma única, alternando los recuerdos de su padre, de antes y durante el conflicto, siendo ellos una acomodada familia judía de Polonia, con el presente, en Nueva York, donde podremos ver cómo los pocos supervivientes consiguieron (o no) rehacer sus vidas.
 
‘Maus' nos presenta a los judíos como ratones y los nazis como gatos, consiguiendo de base, un gran impacto al ver quien tiene todas las de perder, quien ostenta el poder y quien morirá a manos de quién. Además, esta animalización presenta una doble significación, dado que es una forma de ajustar la historia a la deshumanización de los judíos llevada a cabo por Hitler (“sin duda los judíos son una raza, pero no humana”), lo cual amplia enormemente el golpe lees.
 
Una historia descorazonadora porque pone el horror ante nuestros ojos, en forma de testimonio real y, al tiempo, manifiesta todas las historias no contadas de quienes sus vidas fueron arrebatadas no solo en los campos de concentración y exterminio, sino también en la toma gradual de las ciudades bajo el control alemán.
 
Hay otro aspecto de la trama que me llegó especialmente hondo. El autor entrevista a su padre para conocer la historia de la familia. En esos encuentros hay una enorme brecha entre ambos y el hijo es incapaz de comprender a su padre, lo cual le aleja de él y, además lo considera en ocasiones una carga. Así, vemos totalmente incomprendido y solo, al hombre al que durante páginas y páginas vemos luchar por sobrevivir y salir adelante, al que vemos perderlo todo, y como tampoco en el presente, logra un final como el que nos daría Disney. Cómo pesan en la conciencia los finales reales. Cómo le pesa a su hijo.
 
Así, la lectura no solo te traslada hasta la Polonia invadida o te mete en las tripas de Auschwitz, sino también, apela a tu conciencia como hija, como nieta, como vecina, como desconocida… y te lleva a mirar más allá de tus propios intereses y a tratar de entender como sucesos del pasado marcan la vida y anima a ser receptores de las historias de vida de quienes nos rodean.

 La semana pasada hablaba del humor para reconciliarnos con nosotros mismos, con nuestra historia, nuestros traumas y miedos, hoy os traigo un artista que usó el cómic para acercarse a la historia de su padre. Un historietista que dijo, aprendí de sexo, economía y filosofía con los tebeos. Por donde va, reivindica la dimensión artística del cómic. La historieta es un método poderoso para enseñar Historia. Yo crecí leyendo tebeos.
Una lectura compartida con mi hijo, y solo puedo añadir, leedla. Sí es un comic, pero se puede trasmitir mucho a través de sus viñetas, se puede tratar un tema tan profundo como el Holocausto. El autor dijo en una entrevista, esta obra es una lucha para comprender a mi padre. Una obra magistral, no volvió a crear nada igual, el primer tebeo que ganó el Pulitzer.
                Tardó trece años en realizar la obra, luchando con fantasmas que fueron reales, viendo películas, leyendo sobre el Holocausto y charlando con otros supervivientes, viajó a Auschwitz y a Dachau.  Volcó en cada dibujo parte de su alma, el vacío que dejó la Segunda Guerra Mundial en su familia, su hermano pequeño sobrevivió, del resto no quedó nada.
                Narra la compleja relación que existía entre padre e hijo, se hizo artista porque él lo aborrecía, pero también la deshumanización de la aniquilación, la maldad humana, ratones y gatos. La elección del ratón no es gratuita-
                Muy recomendable, pero mucho.
 

Reconozco la importancia de la historia que cuenta el autor, el testimonio real de su padre (y su madre) en los campos de concentración nazis, pero, en contra de la opinión popular, la novela gráfica en sí no me ha convencido. Se me ha hecho larga y pesada y las ilustraciones, de trazos muy enrevesados que, a veces, me costaba seguir.
Enlace: https://sinhintercalada.com/..

Siendo ya conocedora de los horrores de la IIGM hubo algunos aspectos de este cómic que me han llamado la atención porque desconocía algunas barbaridades ahí descriptas.

Entiendo que esta obra haya sido tan importante en su día, ya que en el primer año de edición aún eran pocas las obras que recogían todos los horrores de la guerra y era muy necesaria su divulgación.

Es una verdadera pena que a día de hoy sigan existiendo estos conflictos bélicos y que miles de vidas humanas sigan siendo sesgadas tan cruelmente del mundo. Parece que la humanidad no aprende y seguimos siendo animales.

Tan real que duele

A través de Maus I y II Artie y Valdek Spieglman nos cuentan de primera mano como un Judío Polaco vivía en el Holocausto.
Con cada página, y cada Recuadro Art Spiegelman logra atraparnos y cautivarnos cada vez más, hasta el punto de llegar a las lágrimas.
Esta es la primera vez que leo en formato de cómic, y la verdad es que la forma en que los diálogos y las ilustraciones están plasmadas uno siente que realmente tienes a Valdek sentado al lado tuyo contando te su vida, y no puedes parar de leer.
Maus me llegó como anillo al dedo en el momento justo, venía con un bloqueo lector muy largo desde hace varios meses y un día se me presentó la oportunidad de leerlo por un trabajo. ¿¡Cómo negarme!? Maus me sirvió muchísimo para salir de este bloqueo y me permitió recuperar mí ritmo habitual.
Por sobre todas las cosas lo recomiendo muchísimo no solo por lo versátil de la lectura sino también por la magnífica historia que nos presenta y nos abre el corazón. Yo le doy un 5/5 estrellas.

Había visto muchas veces recomendar este cómic pero nunca me había llamado.

No sé si el tema o que al abrirlo todos los dibujos estaban en blanco y negro o una mezcla de todo...

Pero, una vez que empecé a leerlo no pude parar. Es de esas historias que te llegan, te aplastan y te dejan en standby unos cuantos días.

Hace unos años visité la Expo sobre "Auschwitz". Empecé a llorar en la primera sala. Hasta la última. No dejaba de preguntarme cómo era posible que aquello hubiera pasado ante la impasividad del resto del mundo. Es desgarrador.

Esta historia también. Y merece la pena leerla. No sólo por lo que cuenta, sino por cómo lo cuenta. Por poder atisbar un poquito de lo que supuso en la vida de las personas que sobrevivieron.

Muy valiente Art Spiegelman al contar la historia. No tuvo que ser fácil. Gracias.

Que una novela gráfica sea galardonada con un Premio Pulitzer ya dice mucho de la obra que tenemos entre manos. “𝐌𝐚𝐮𝐬: 𝐫𝐞𝐥𝐚𝐭𝐨 𝐝𝐞 𝐮𝐧 𝐬𝐮𝐩𝐞𝐫𝐯𝐢𝐯𝐢𝐞𝐧𝐭𝐞” cuenta con dos partes –una se publicó en 1980 y la segunda en 1991 en la revista de cómics que codirigía su autor, Art Spiegelman. Su argumento es relatar el 𝐡𝐨𝐥𝐨𝐜𝐚𝐮𝐬𝐭𝐨 y dejar constancia del legado de su padre. Spiegelman se aproxima al tema con una mirada única en esa época: 𝐫𝐞𝐥𝐚𝐭𝐚 𝐥𝐚 𝐞𝐱𝐩𝐞𝐫𝐢𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚 𝐝𝐞 𝐬𝐮 𝐩𝐫𝐨𝐩𝐢𝐚 𝐟𝐚𝐦𝐢𝐥𝐢𝐚 – su madre y padre fueron supervivientes de campos de exterminio- en forma de memoria gráfica. ～
Precisamente, su padre es uno de los grandes protagonistas de la historia en la que se irán mezclando el pasado y el presente. Un pasado marcado por toda la historia de su familia y país, por el holocausto, 𝐡𝐮í𝐝𝐚𝐬, 𝐜𝐚𝐦𝐩𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐞𝐱𝐭𝐞𝐫𝐦𝐢𝐧𝐢𝐨, 𝐣𝐮𝐢𝐜𝐢𝐨𝐬, 𝐭𝐫𝐚𝐢𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬 𝐲 𝐦𝐮𝐞𝐫𝐭𝐞, mucha muerte. Y un presente resumido en unas secuelas ya no tanto físicas que van saliendo a la luz: por ejemplo, el padre de Spiegelman es especialmente “tacaño” y es algo que aprendió en la guerra. Entonces cuando conseguía –porque era realmente astuto y gracias a su ingenio sobrevivió- algo de pan o agua, se guardaba un poco para más adelante. ～
Realmente rompedor, directo y sin pelos en la lengua con unos trazos a veces tan oscuros que pretenden que el lector fije su mirada únicamente en la historia, no en el grafismo. Además, si algo llama la atención del diseño es que 𝐜𝐚𝐝𝐚 𝐧𝐚𝐜𝐢𝐨𝐧𝐚𝐥𝐢𝐝𝐚𝐝 𝐞𝐬 𝐫𝐞𝐩𝐫𝐞𝐬𝐞𝐧𝐭𝐚𝐝𝐚 𝐩𝐨𝐫 𝐮𝐧 𝐚𝐧𝐢𝐦𝐚𝐥 (los judíos están dibujados como ratas; los alemanes como gatos o los polacos como cerdos). ¿Por qué? La primera cita del libro, firmada por Adolf Hitler, es “Sin duda los judíos son una raza, pero no son una raza humana”.

Relectura. He dedicado estos dos meses a leer sobre campos de concentración y el exterminio judío. Han sido muchas lecturas o revisiones donde se demuestra lo mejor y lo peor del ser humano. MAUS es un reflejo de todo eso. Art cuenta la historia de como su padre sobrevivió a Auschwitz a través de una serie de entrevistas, mezcladas con acontecimientos del tiempo presente. Vladek, el padre de Art, no es un ser perfecto, al contrario, pero el hacerlo tan cercano, tan real, hace que todo tenga sentido, incluso la caracterización en animales. Es una historia sobre el holocausto, pero también sobre la importancia de la memoria y de la familia. Es una obra maestra.

¿Qué significa ser sobreviviente de una tragedia?
¿Qué es escuchar del propio padre como sobrevivió a un sistema de eliminación sistemático que mató a millones de seres humanos?
Es parte de lo que se nos dice en esta novela.
Maus es precisa y concisa nada sobra ni en el relato ni en los dibujos, ambos se complementan a la perfección y nos entregan un testimonio directo y honesto de un hombre que busca comprender y conocer la historia de su padre y a través de esta la suya propia.
Lo que más llama la atención es que la obra pone de manifiesto lo perverso y cruel que puede ser el ser humano con otros seres humanos, y no solo hablo de los nazis que llevaron está crueldad a límites que aún hoy es difícil de entender, si no de otras personas que no perdían la oportunidad de sacar provecho y una poca de ventaja mientras se pudiera y hubiera a quien sacar algo de valor.
Lo que más me impactó del libro es que si bien el padre del autor logro salir con vida del campo de concentración, de cierto modo el campo siguió estando en él, como si hubiera llevado una parte permanente con él, lo que se reflejaba en muchas de sus acciones y su comportamiento.
Un libro indispensable para quienes quieran comprender y conocer un periodo de la historia.