Lo cierto es que leo este tipo de novelas cuando quiero pasar un rato entretenido, pero en el caso de esta, en más de un momento se me han saltado las lágrimas. No quiero decir que no sea entretenida, pero hay varios momentos en los que se me ha encogido el corazón por la situación de la protagonista y su hija. La familia de David es de todo menos empática y comprensiva, y la hermana mayor no puede ser peor persona. No me extraña que Laia tome cierta decisión en ese momento, toda resistencia tiene un límite. |