La carta

La carta es una novela muy cortita con una historia que se lee fácilmente y que te deja un buen sabor de boca.

Un abogado instalado en Singapur recibe la visita de un amigo para que defienda a su mujer, que está en la cárcel por el homicidio del propietario de una plantación vecina a la suya.

Al parecer, según la declaración de la mujer, el hombre quiso aprovecharse de que se encontraba sola para abusar de ella y le disparó en defensa propia. El caso parece claro y no se cree que vayan a tener problemas en el juicio para demostrar esa defensa propia, pero aparece una carta que puede desbaratarlo todo...

Una lectura muy amena, con un lenguaje asequible y un desenlace original y sorprendente, que terminarás en un rato.

¡Feliz lectura!

La carta (Ediciones Invisibles, 2022), recoge el fabuloso y trepidante relato, publicado originalmente el 17 de septiembre de 1926, por George H. Doran en una colección de cuentos titulada The Casuarina Tree, todos ellos ambientados en la Malasia de los años veinte. Todos los relatos están basados, de alguna manera, ligeramente en las vivencias que recapituló William Somerset Maugham en los viajes que realizó al país asiático en 1921 y 1925, en compañía de su secretario y amante Gerald Haxton. de hecho, algunos de los colonos, compatriotas del autor, sintieron los relatos como una afrenta personal, puesto que revelaba confidencias que le habían realizado durante su estancia allí.

En esa Malasia de la segunda década del siglo XX, donde se apreciaba un dominio británico y lo colonos aspiraban a hacer fortuna, Somerset Maugham nos sitúa en el bufete de abogados Ripley, Joyce y Naylor. El segundo recibe la visita de su amigo, y cliente, Robert Crosbie, propietario de una plantación cuya esposa se encuentra en prisión, acusada de asesinato.Aunque se trata de un caso grave, todas las pruebas apuntan a la liberación de la dama inglesa, al menos, hasta la aparición de una inoportuna carta que complica el asunto y coloca a Joyce en una difícil posición.

Este relato fue especialmente polémico, ya que su trama se basa en un hechos reales.    Ethel Proudlock, una dama euroasiática, casada con William Proudlock, director de la Victoria Institution, la escuela de secundaria más antigua y prestigiosa de Kuala Lumpur, fue condenada y sentenciada a muerte en 1911, por matar a tiros a William Steward, un gerente de una mina, al que acusaba de haberla violado. Se levantó tal revuelo que, tras recurrir y pasar algunos meses en prisión, logró, finalmente, el indulto del Sultán de Selangor y su posterior expulsión del país.

La obra nunca ha dejado de mostrar su vigor y actualidad a través de sus múltiples adaptaciones, desde la dramatizada por el propio autor en 1927 y Gerald du Maurier, padre de Daphne du Maurier, como director. Fue representada en el Playhouse Theatre, estando sesenta semanas en cartel y también en el Teatro Morosco, en Broadway. En Hollywood, además de la famosa película dirigida por William Wyler, ya en 1929 Jean de Limur había proyectado su versión, por citar solo las primeras. Respecto a las adaptaciones televisivas, destacan las que el propio Willi Wyler realizó en 1952 y las producidas por la BBC en 1960 y 1969, en las que se vio involucrado mismísmo Somerset Maugham.

Gracias María, de @libreria_central, por traer a mis manos libros como este, que ahondan, de manera tan acertada, en el pozo de las emociones humanas, acariciando el poder y contemplando las facetas más morbosas de lo que somos.

‘La carta' se publicó por primera vez en 1926 en la colección de relatos ‘The Casuarina Tree'. En 1927 fue adaptada al teatro y posteriormente se adaptó al cine. No es de extrañar que las adaptaciones hayan tenido tanto éxito porque la trama es de lo más teatral. Lo más suculento es que el relato se inspiró en un caso real, el de Ethel Proudlock, que fue acusada de asesinato en 1911.

Nos situamos en la antigua colonia británica de Malasia. Se abre el telón y vemos el interior del bufete de abogados Ripley, Joyce y Naylor donde el ambiente es fresco y tranquilo en contraste con el clima y bullicio del exterior. El señor Joyce recibe a Robert Crosbie, propietario de una plantación de caucho, que está alterado y no tiene buen aspecto. Su esposa está detenida a la espera de juicio y viene a solicitar los servicios de Joyce para la defensa. A priori se trata de un caso sencillo. Leslie confiesa que el asesinato fue en defensa propia porque el fallecido iba a abusar de ella y parece que será absuelta sin más complicaciones. Pero aparece una carta. Ahí está el quid la cuestión.

Un relato adictivo que se lee de una sentada, además de ser corto no puedes dejarlo para otro momento una vez lo empiezas. La ambientación es de 10 y los personajes están perfectamente perfilados. No diré que me sorprendió el giro de la carta porque me olí el pastel desde el inicio. Aún así el enganche fue total y disfruté el relato igualmente.

No conocía a William Somerset Maugham hasta que la editorial publicó ‘Una villa en Florencia'. En ese momento me llamó la atención pero no fue hasta que se menciona al autor en ‘El final del affaire' de Graham Greene que sentí la necesidad de leer algo de él. No solo se menciona a Maugham sino que un crítico que aparece en la novela compara al protagonista, también escritor, con él y eso me despertó la curiosidad. Fui afortunada en la pasada edición de la Masa Crítica de Babelio y conseguí este ejemplar para por fin estrenarme con Maugham. Ahora necesito seguir leyendo sus relatos porque este ha sido tan cortito que me ha sabido a poco.

He leído un poco sobre la vida del autor y me parece de lo más interesante, tanto a nivel personal como profesional. Viajó muchísmo e incluso se dedicó al espionaje. Sus obras influyeron en autores como Anthony Burgess, George Orwell y Stephen King y se dice que uno de los personajes ideados por Maugham inspiró a Ian Fleming para la creación de su famoso James Bond.

Una vez más el dicho, las grandes esencias en frascos pequeños están, se hace cierto. Y Ediciones Invisibles con el último de sus Pequeños placeres lo ha vuelto a lograr. El segundo libro que leo de este autor William Somerset Maugham, y he de decir que su prosa condensa una cantidad de sentimientos, y provocan unas impresiones que ratifican uno de sus múltiples trabajos, el de guionista. Que ya de por sí sepas que hay versión cinematográfica de este libro, te predispone, aunque no la hayas visto a ponerle cara a una de las protas, en este caso la de Bette Davis.
Los acontecimientos se desarrollan de forma rápida, directa, sin rodeos, con una prosa limpia, que ayuda a la sorpresa que provoca el desenlace. Me ha encantado aprender, como siempre, algo nuevo. En este caso la época en la que Singapur fue colonia de Gran Bretaña, sus costumbres, estructura social y medios de transporte exóticos, aunque aparecen en pequeñas pinceladas, es inevitable buscar para ampliar información.
Los diálogos entre el abogado y Leslie son muy buenos, y no por lo que se dicen, más bien por lo que se callan.
Líbreme dios del buey manso que del bravo me libro yo, un dicho que mi madre repite mucho, y del que me apropio, para usarla como conclusión.

Sin duda este es uno de los 'Pequeños placeres' más adictivos, lo empecé y no pude soltarlo hasta que lo terminé. del tirón.

Y es que esta historia que transcurre en la Malasia colonial es de las que enganchan, con su ambientación tan evocadora que te transporta hasta las calles de Singapur, y con un misterio que aparece de repente, dando un giro a la trama, que hace que no puedas parar hasta verlo resuelto.

Nos encontramos ante un juicio en el que aparentemente todo está bastante claro, en principio no van a haber sorpresas con la sentencia. Pero un anónimo presenta una inesperada y extraña carta que puede hacer tambalear todo el proceso. ¿Qué es lo que realmente ha pasado? ¿Es cierto todo lo que cuenta la acusada? ¿Saldrá la verdad a la luz o intentarán taparlo todo?

No cuento más porque es muy cortito y mejor no saber mucho. Si os gustan este tipo de historias y necesitáis algo que os haga desconectar y entreteneros un rato este libro es perfecto. Directo, con ritmo, impecablemente escrito, con unos personajes muy bien definidos, con luces y sombras, una ambientación espectacular (para mí es uno de los puntos fuertes de este autor) y un final muy bueno. Creo que en apenas 100 páginas no se puede pedir más.