—« La curiosidad mató al gato…»—recitó Yumi—, aunque siempre he pensado que este proverbio está equivocado. Es la falta de curiosidad lo que nos mata.
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—« La curiosidad mató al gato…»—recitó Yumi—, aunque siempre he pensado que este proverbio está equivocado. Es la falta de curiosidad lo que nos mata.
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—A veces suceden milagros, especialmente si hay un gato cerca
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¡Mantenerse flexible es la mitad de la salud! Y no me refiero solo al cuerpo. Una mente flexible es un requisito para la felicidad. La rigidez acaba con la alegría de vivir.
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Bajo nuestros miedos se encuentra el tesoro que andamos buscando.
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Un buen libro, un té caliente y un gato sobre mi regazo… ¿Puede haber más felicidad en este mundo?
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—Opino que estamos tan acostumbrados a hacer que hemos perdido el arte de ser. Y en eso los gatos son verdaderos maestros.
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Tal vez nada fuera tan importante como ella creía y se tratara, simplemente, de vivir.
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Nos preocupamos por todo, incluso por cosas que no tienen importancia alguna. ¿No crees? Los gatos son expertos en ocuparse de sus asuntos en lugar de preocuparse.
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Haré una labor humanitaria, aunque no sé si esta palabra es adecuada para la tarea de conseguir que los humanos se lleven a sus casas a unos gatos que los convertirán en sus criados.
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—La vida está llena de accidentes, querida. Pero es mucho mejor estrellarse que seguir en una senda que no llega a ninguna parte.
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¿A quien baila Raquel en la fiesta en la casa de los hidalgo?