Un paraiso en el infierno: Las extraordinarias comunidades que surgen en el desastre

Este libro explora la respuesta de las sociedades ante el desastre, a partir de tragedias específicas: el terremoto de 1905 en San Francisco, el terremoto de 1985 en Ciudad de México, el huracán Katrina en Nuevo Orleans en 2005, y al ataque de las Torres Gemelas. La autora expone la tesis de que, en las grandes catástrofes, con frecuencia la sociedad civil, la gente común y corriente, es la que mejor respuesta tiene ante la crisis mientras la autoridad parece retraerse o peor aún, tomar actitudes autoritarias, asumiendo que la ciudadanía entrará en pánico. La historia ha demostrado que esto es incorrecto y que esa idea de saqueos, atracos y violencia en las calles es algo que solo existe en las películas de Hollywood. Por ejemplo, en el caso de México, después del sismo de 1985, la sociedad civil fue la que se organizó en cuanto a rescates y labores de apoyo, mientras la autoridad intentó contener, prohibir y limitar dichas movilizaciones. Además de la solidaridad mostrada por los ciudadanos, algo más cambió: la sociedad se dio cuenta que tenía mucho poder y con ello, inició el quiebre de un sistema político autoritario que había dominado la vida nacional. Caso similar fue en Nicaragua, en la década de los 70.

En particular, quedé muy impactada por lo que la autora incluye en relación al huracán Katrina en los Estados Unidos. A pesar de que es una catástrofe reciente, no tenía idea de lo que había sucedido. Ahí las cosas no fueron tan sencillas para la población pues además de perder todo ante las fuerzas de la naturaleza, la situación empeoró por temas de racismo, discriminación y violencia policial. Es inconcebible que, en una tragedia de ese calibre, surgieran todos los prejuicios en contra de las personas negras y afroamericanas. En este caso, el resultado no fue tan esperanzador, pero, lo cierto es que la ciudad logró reconstruirse aun y con el abandono de las autoridades.

Una lectura sumamente informativa que invita a la reflexión. Sin embargo, no fue de mi total agrado ya que la escritura me pareció, en algunos capítulos, densa y que en ciertos pasajes se incluían detalles de más. Por ejemplo, el capítulo del terremoto de San Francisco fue muy largo y no lo encontré tan contundente o satisfactorio como otros.