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«A menudo me siento como si tuviera que ir por la vida con miles de argumentos listos para demostrarle a la gente que mi existencia es válida. Siempre justificando mis derechos.» Sara Soler ha hecho un cómic en el que aborda el proceso de transición de su pareja y el descubrimiento de su propia orientación sexual. Y lo ha hecho dejando clara desde el principio una cuestión: cada proceso o vivencia es única e igual de importante. No hay en este libro mayor pretensión que la de contar una experiencia propia, con sus dudas, miedos y errores (también aciertos). Y si hay algo que me ha gustado es precisamente eso: esa cercanía y sinceridad a la hora de decir que todos podemos llegar a equivocarnos, que quitarnos ciertas ideas con las que crecemos desde que somos pequeños, como las relativas a cómo tiene que ser una relación, el amor o las propias personas, es un camino largo. En documentales como Disclosure se trataba la importancia de una representación positiva a la hora de que podamos, entre otras cosas, encontrar nuestra propia identidad, y es precisamente desde ese punto desde el que parte este cómic, pues es a partir de ver bien representado a un personaje trans en una serie cuando Diana empieza a preguntarse más, y es a raíz de estas preguntas cuando Sara empieza a unir las piezas del puzzle y a entender que lo que sentía de pequeña hacia algunas chicas iba más allá de la amistad. Mucho humor, mucho enfado, mucho amor y muchas escenas con las que más de una persona nos sentiremos identificados: la importancia de revisarnos nuestros privilegios, la disforia, el mansplaining, el acoso e incluso la precariedad laboral de un autónomo y cómo esta puede llegar a afectar a nuestra salud mental. Experiencias de una vida que se comparte para ir creando olas. |
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