Tú y yo después del invierno

Me cuesta horrores lidiar con la certeza de que, en la realidad, los dos estamos rotos. Ambos estamos locos y ese amor solo funciona en las películas.
Aquí, en este bosque, este amor es un desastre

No somos más que dos cuerpos llenos de grietas que se aferran el uno al otro para no romperse.

Nadie habla de cuánto duele dejar de querer. Cuando rompes el corazón de alguien a quien has querido, el tuyo también se agrieta. Tal vez no hablan de ello porque ese dolor no te paraliza, solo te llena de recuerdos y universos alternativos donde las cosas son diferentes, y ese peso te ralentiza, pero no te detiene

Nunca volvió a querer a nadie como quiso a aquel forastero, porque la inocencia del primer amor muere siempre con él. Pero volvió a querer, y cuando estuvo preparada para hacerlo, supo querer mejor.

Esa noche aprendió que ser mayor no significa enfrentarse sola al mundo, sino saber cuándo es el momento de pedir que alguien te dé la mano para poder seguir avanzando

Es inútil intentar comprender a alguien cuando ni siquiera nosotros estamos a nuestro propio alcance

Erin no aprendió a ser la mejor, pero aprendió algo muchísimo más importante: la alegría de hacer algo solo por placer. Aprendió a no competir, a no esforzarse por encima de sus posibilidades y a sentirse bien en la zona gris que llaman mediocridad...Había descubierto el arte por el arte

Porque eso hacemos con las cosas que no podemos entender. Las diseccionamos hasta que no queda nada de ellas...Sabía que el mundo no era simpático con aquello que no podía entender

Una de las pocas cosas buenas que puedo rescatar de esa época es que aprendí por las malas que a nadie le importa de verdad lo que hace su vecino. Si quieren saberlo, es por morbo o curiosidad, no por preocupación

Vencer la tentación no es lo mismo que ignorarla.