Tormenta de verano

Soy de leer diferentes tipos de novelas y, de estas autoras he leído todos sus libros, por lo que en esta cuarentena, en cuanto me enteré de que sacaban una historia nueva, no pude dejar para más tarde su lectura.
Cierto es que me ha costado más que otras veces, por el estrés de mi trabajo y, porque no me sentía con ganas de leer, sin embargo ellas consiguieron devolverme una chispa de ilusión y me engancharon enseguida.
La historia de la protagonista Bezan, que es un alma libre, comienza con un telegrama que cimbrea la vida de esta muchacha, pues no sabe qué se encontrará a la vuelta a casa después de tres años fuera. Desde luego que sencillo, no será.
Eva e Idoia nos sitúan en Nashville, una localidad donde casi todos se conocen y en la que tanto Bezan como su familia han vivido durante muchos años, por lo que sabe a qué se puede enfrentar, pero no está segura de si será capaz de soportarlo o de morderse la lengua, si llegara el caso.
Leah es la hermana mayor de Bezan y, es un calco a la madre. Perfecta esposa e hija, abnegada madre, mujer de estar pendiente del qué dirán y, anteponer las necesidades de los demás ante las suyas propias. Pero no debemos dejarnos engañar por la fachada tras la que se esconde esta mujer, porque nos dará alguna sorpresa que otra a lo largo de la novela.
Josh es el hermano mellizo de Bezan, no son polos opuestos como tales, aunque sí hay un abismo entre ellos en cuanto a carácter, lo que no significa que no sean capaces de ser como uña y carne, que de hecho hasta que Bezan se marchó lo eran. También nos aportará más que su fachada, esa de muchacho inconstante, que no sabe mantener un trabajo o una novia. Tiene una mochila que no han sabido identificar cuando tocaba, y a veces se había ocultado tras sus triunfos en el fútbol, hasta que su carrera se truncó.
Savannah compartirá protagonismo con Bezan, aunque no le robará ni un minuto de atención al lector, me explico: es su madre y tiene un peso específico en toda la vida de Bezan, por lo que, muy a pesar de lo que se pueda llegar a pensar, no es un secundario al uso. de hecho, aprenderemos a odiarla, quererla, detestarla y compadecerla.
Jeff es el último coprotagonista, aunque no es el menos importante. Es el marido de Bezan, o al menos lo era hasta que ella se embarcó en su viaje de descubrimiento sobre sí misma, como lo llamó. Fue su apoyo en los momentos buenos y, también en los malos, pero ya se sabe que un amor no se puede mantener en la distancia si los dos no ponen de su parte. No podemos culpar a Jeff de nada, quizás solo le podemos decir que más bueno no puede ser.

Una de las características de las novelas de Eva e Idoia, es que ninguno de los personajes es secundario, sino que tienen su propia voz en toda la historia y no apagan las demás, sino que es una perfecta armonía coral, con la que conoces todos los puntos de vista y, consigues saber cómo son los personajes desde cualquier ángulo. En mi opinión es una apuesta muy arriesgada, que ellas la solventan con creces, pues consigues querer a aquellos que podrías llegar a odiar y, te integras en la historia de una manera casi perfecta.

La forma de narrar que tienen es muy ágil y fresca, de tal forma que la narración alternada con los diálogos, hacen que el lector se mantenga a la expectativa sobre lo que va a ocurrir a continuación. Las descripciones son las necesarias, bien realizadas y acorde al momento que lo requiere la situación. Te facilitan la información del entorno para que te sitúes y así, hacerte una idea del contexto. Los personajes son fuertes, con caracteres propios y bien definidos, antagonistas en algunos puntos y cercanos en otros. Además, he de hacer referencia a los diálogos, que en ocasiones aportan una chispa de humor, que hace que el ambiente se alivie, pues tienen a veces, un punto de ironía muy fina, que te sacarán una sonrisa.

La enfermedad de Savannah será el vínculo que utilicen para contar la historia de Bezan y Jeff, así como los motivos por los que tres años atrás se marchó de Nashville. Se sentía agobiada, asfixiada con su vida. Necesitaba desconectar de todo y de todos.. Saber qué era lo que en realidad quería y para ello, debía poner tierra de por medio. Su madre en principio, piensa que ha estado por ahí tumbada a la bartola en diferentes playas, sin embargo cuando descubre que su hija no es como ella pensaba, su mente empieza a divagar sobre lo que había pasado en realidad y cómo ella había tenido parte de culpa, en los sentimientos que atenazaban el alma y el corazón de su pequeña.

La relación entre los tres hermanos también se enfrió durante esos tres años, no es que Leah y Bezan fueran las mejores amigas del mundo, pero la distancia y el tiempo han hecho mella en el espíritu de la mayor. Además hay que tener en cuenta que la mayor tiene dos hijas, una de ellas está en una edad complicada y le recuerda mucho a su hermana menor. Josh, también se ha sentido abandonado por su hermana, sin embargo es de otra pasta y, limará las asperezas antes pues tiene un gran corazón y sabe que su hermana lo necesita.

La historia entre Bezan y Jeff tuvo sus altibajos al principio, pero llegó a un compromiso entre ambos, que se volatilizó cuando ella quiso irse a redescubrirse. Él sabía que debía dejarla volar, el problema fue que era por un año, que se acabaron convirtiendo en tres. Otro motivo fue que no sabía muy bien en qué andaba Bezan, ni dónde y, por último la falta de comunicación debido a múltiples incidentes. Todo esto hace que sea un cóctel molotov a punto de explotar, sin embargo Eva e Idoia saben conjugar la tensión con la pasión en su justa medida, para dar al lector dosis de esperanza y otras de indignación por según qué comportamientos.

Sin duda, no soy capaz de comprimir en palabras toda la historia sin soltar ningún spoiler, por lo que solo os puedo recomendar que la leáis con calma, con la mente abierta y el corazón también. Es una novela con una trama bellísima, que es capaz de atrapar al lector desde el principio y, mantener la tensión hasta el final sin desvelar aquello que desearíamos como lector, pero que no sabemos si al final se convertirá en realidad. Desde estas líneas les doy mi más sincera enhorabuena tanto a Eva M. Soler como a Idoia Amo, por saber conjugar tan bien temas delicados y, darles una profundidad y calidez que te dejan sin aliento en Tormenta de verano.

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