He disfrutado mucho con la lectura de este libro. Todo comienza en 1979, con cada detalle de la época fielmente representado. Como puntos de contraste nos muestra el modo de vida de dos familias, diferentes tanto a nivel económico como en otros elementos (ideología, flexibilidad, concepto de familia, etcétera), que serán el punto de partida para el desarrollo de la obra. Cada personaje es una representación de las diferentes personalidades existentes, y de los avatares que pueden acompañarle. Me gusta mucho el modo con el que la autora reflexiona sobre diferentes aspectos vitales, como la muerte y el amor, utilizando bonitas y claras metáforas. Algunas de sus frases merecen la pena ser releídas nuevamente. A nivel emocional, me parece que la historia deja una huella importante que, días después de haberlo leído, se sigue recordando, como si de algún modo sintieras los anhelos de sus personajes. Un punto fuerte a su favor es la forma con la que éstos se relacionan, y como la trama se va desarrollando en función de sus pasos. Es una novela que recomiendo, y que atrapa tanto por la historia como por el lenguaje tan natural que usan sus protagonistas. |