Los diques

Imagina que encuentras un álbum lleno de fotos preciosas, de esas que dejan entrever intención, belleza, técnica, armonía. Tu primera impresión es que todos esos momentos capturados son aleatorios, pero a medida que pasas las páginas encuentras elementos recurrentes, algunas personas que parecen unir escenas, la iluminación delata que el fotógrafo es el mismo…

Es la mejor manera en la que puedo describir este libro.

La autora se desvanece para presentarnos a Ada, la autentica escritora de este conjunto de escenas que aúnan la ficción y la propia vida de un pequeño pueblo de campesinos, sin aclarar del todo donde acaba el cuento y donde empieza la realidad. Así conocemos a varios personajes relacionados de maneras muy diferentes entre sí; en muchos casos simples conocidos, de quien se nos comparte una historia o una anécdota, en otros, familiares a quienes se perfila de manera sencilla y cotidiana. El resultado es una visión de conjunto de la vida de ese pueblo que, sin embargo, se siente increíblemente fragmentada, como si fueras un turista fuera de lugar que no consigue entender a esas gentes, pero percibe su esencia.

A un nivel más “técnico”, el estilo de la autora me parece simplemente hipnótico. Es muy bello pero real, casi visceral. Podría leerla horas y horas porque me traslada a donde quiere, su pluma es fluida y musical. Por otro lado, la historia me mete y me saca del libro sin miramientos y eso no me gusta. Aprecio lo que la autora consigue, pero, al mismo tiempo, me gustaría algo más de cohesión, una trama que sienta que tira de mí hacia alguna parte, en lugar de sentirme perdida hasta pasar la mitad del libro y, solo entonces, empezar a comprender qué se plantea hacer. Quizá para alguien que disfruta con las recopilaciones de relatos esto no sea un problema, pero yo no soy ese tipo de lectora, me gustan las tramas, así tengan más o menos peso en la historia, pero que existan a un nivel más profundo que “esta es Ada, que quiere escribir un libro” y lo que surja.

En conjunto es un libro que he disfrutado, que se lee solo y una autora que seguiré de cerca, porque ya me conquistó con Canto yo y la montaña baila (que me parece superior a esta novela, lo que es una buena noticia, porque es posterior).