La Chaco

La Chaco es Ximena, una chica trans que llegó de Resistencia (Chaco) a Buenos Aires, más precisamente al barrio Constitucion, escapando de la incompresión y la violencia de un padre y un pueblo demasiado conservadores. Allí se encuentra y relaciona con varias mujeres trans (Hidra, Carina, Lucy y, sobre todo, Galaxia). Su vida en la gran ciudad no es menos difícil, pero eso no la detendrá en su camino; camino no de aceptación sino de liberación.

Juan Solá nos cuenta las verdades más oscuras de una manera luminosa. Hay en su forma de narrar sencillez, crudeza y sinceridad pero, sobre todo, hay belleza. Y ahi es donde la novela mejor funciona. Solá nos cuenta una historia repleta de sordidez, abusos, violencia e incomprensión en un mundo insensible y machista al mismo tiempo que nos permite vislumbrar la claridad, la esperanza, la absoluta certeza de que el inevitable destino de las mariposas no es otro que la libertad.

El relato se va construyendo a través de las diferentes voces de las chicas y en continuas vueltas al pasado que van armando un rompecabezas íntimo y doloroso. La novela es breve y se estructura en tres ejes (Gusano-Crisálida-Mariposa) que hacen avanzar la trama. Se siente como si nos estuvieran contando la historia a través de la descripción de fotografias tomadas a lo largo de los años. Y no le hace falta al autor recurrir al patetismo, al morbo o a la declamación discursiva para lograr que empaticemos con los personajes y comprendamos el calibre de su tragedia.

En definitiva, La Chaco es un libro necesario por lo que cuenta, pero imprescindible por cómo lo hace.