El país de nunca jamás

Si alguna palabra describe esta segunda parte de la bilogía es magia. La autora ha demostrado una vez más saber tocar el corazoncito del lector. Ahora... tengo dudas. ¡No sé qué pareja me gusta más! Es un dilema que no voy a poder resolver. Con esta segunda parte queda todo tan bien atado que da mucha pena terminarlo porque es como decir adiós a unos amigos muy especiales que te han acompañado durante un tiempo, aunque sea corto porque es imposible no darte un atracón de esta maravilla. Es sencillo y rápido de leer. Enamora y engancha desde las primeras líneas y, como ya estás deseando saber porque has leído la primera parte... Parece que se lea solo. Nada es imposible, solo poco probable y ellos... Ellos te lo mostrarán. ¿Lo recomiendo? ¡Por supuesto!