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"Cosas que pasan en la frontera” son las vidas de Jing, Angélica y Laura huyendo de los USA y cruzando la frontera de México conduciendo un Pontiac Catalina al que se le agotó el combustible, tampoco les queda tabaco. Lo único positivo es ese casi millón de dólares en efectivo y unos hermosos cuerpos cubiertos de unos fantásticos vestidos de fiesta. Tres mujeres que encajan a la perfección en una historia narrada por una mano maestra. Tres destinos unidos por distantes pero férreos hilos invisibles que conducen hacia la salvación o al inminente desastre. Jóvenes guapas a las que la fortuna no quiso acompañarlas. Aun así, ellas no se resignan son de esas personas intentando cambiar su suerte, sin embargo, olvidaron que es la vida la que hace girar la ruleta rusa. Sabremos de su pasado, cómo llegaron a la situación desesperada de dinero en la que se encuentran. Usarán armas de mujer porque ellas son y se sienten diosas en esos cuerpos, saben lo que un carmín rojo en los labios es capaz de hacer, por eso tienen un plan, que al final les llevó a una cantina de la frontera mexicana, pistola en mano. Nuestra autora da vida a esta narración explorando la libertad de unas mujeres frente a la opresión en una prosa limpia y audaz. Humor negro junto al arte de saber narrar con pocas palabras dejando al lector satisfecho. Aunque hay numerosos cambios de perspectiva no se rompe la unidad de la narración. Con una aguda observación en todo momento, usa una escritura corta y profunda sin perderse en palabras esponjosas y desperdiciadas diseñadas para aumentar las páginas. Unirá humor e ingenio para transmitir un mensaje sin predicar. Me ha gustado mucho la historia porque se siente real. Estamos ante los errores que cada una de nosotras podemos cometer y las consecuencias de querer solucionarlo pasándonos a la cara mala de la vida, donde todo tiene un precio. El modo en que logran el dinero puede no ser creíble, aunque reconozco que me emocionó ese punto morboso incluso romántico sacándome una sonrisa. Mujeres que no se sonrojan si les dicen que las aman pero mojan las bragas ante la belleza masculina. Cruzaron el límite del bien y del mal (como dice la letra de la canción del grupo La frontera) y ahí ni existe la bondad ni hay ley en la que ampararse. Allí sabremos de hombres horribles, verdaderos cabrones, cuyo fin en esta vida es maltratar mujeres, de esos siempre hay da igual la frontera que cruces. Os pondrá los pelos como escarpias la escena con el perno de un dentista. Una historia directa al hueso, mordaz buscando la vena yugular. Porque no sólo vamos a leer de sus andanzas, So Blonde nos seducirá con la trágica historia de una mujer robada a punta de pistola. Crea una experiencia tan realista que el lector olerá la pólvora ardiendo en el aire y saboreará la sangre de cobre en la boca. Luego quedará ese instante en que la frontera real se toque con la del más allá, esas mujeres y la santa muerte. Un final hermoso intentando quitar el dolor creado buscando dejar algo de justicia. Todo ello en una encuadernación maravillosa de tapa dura en una edición que simula un disco. Por si esto parece poco Olga Artigas Ballesta trabajo unas ilustraciones a color en las que veremos escenas que hemos leído dándole con ello una realidad más aterradora. Mujeres, tacones, carmín rojo en los labios y pistola en el traje de fiesta en un limite territorio de nadie. ¿Las acompañáis? Yo si animo a hacerlo. Comprad un ejemplar, en la frontera os esperan. |
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