La muerte es mía

Lo que más me ha llamado la atención de este libro es el tema que trata. La muerte y todo lo que la rodea así como el tema de la eutanasia.
La autora hace una crítica social mostrando cómo al final todo es un negocio donde la corrupción está a la orden del día y donde lo único que realmente acaba importando es obtener ellos mejores beneficios olvidando muchas veces la empatía y la sensibilidad.

Es una novela donde el principal escenario es un tanatorio y dónde está muy presente el tema de la muerte, la eutanasia y el suicidio asistido y sus leyes, pero tratados todos ellos de una manera muy delicada.
Toda la trama gira alrededor del negocio de los tanatorios, conoceremos detalles de la tanatopraxia y la tanatoestética, las diferentes ceremonias civiles y religiosas… La autora escribe sobre la muerte sin caer en el morbo, sino desde la experiencia de quien ha realizado una gran labor de investigación abordando un tema que generalmente tratamos de evitar aunque sea un hecho inevitable.

Estamos ante una novela dónde casi todos los personajes son protagonistas. Cada uno tiene su propia historia y a la vez todos forman parte de la trama principal. A lo largo de toda la lectura veremos cómo se desarrollan relaciones de compañerismo pero también de envidias y rivalidades, relaciones de amistad y amor y también de ambición por el poder y el dinero.

Destacar que en esta novela priman los personajes femeninos sobre los masculinos. Y de entre todos sin duda hay dos personajes que destacan claramente. Ambos son fuertes y totalmente opuestos.

Uno de ellos es Claudia, quien durante el sepelio de su padre ve una oportunidad de trabajo: la tanatopraxia. Gracias a sus estudios, su experiencia en estética y sobre todo un gran respeto y delicadeza hacia los muertos acabara convirtiéndose en una de las mejores en un sector hasta ahora ocupado por hombres, siendo así la primera mujer tanatopractora de nuestro país. Toda una autoridad a nivel mundial es la principal defensora de legalizar la eutanasia, vive por y para la muerte, siempre desde el respeto,

Por otro lado tenemos a Rita, la encargada de la empresa funeraria Memento Mori. Es una mujer ambiciosa que utiliza este negocio para conseguir sus fines, sin importarle si son poco éticos o a quien tenga que pisotear si se interpone en su camino.

Me ha gustado mucho la forma de escribir de la autora. Narrada principalmente en primera persona, desde el punto de vista de Claudia, aunque también intercala algunos capítulos en tercera persona para introducir otros puntos de vista que no hacen sino mantener la atención del lector. Lo que también logra utilizando capítulos cortos y muchos diálogos entre los personajes lo que hace que la lectura sea ágil, clara y amena.

Y  en cuanto la labor de documentación que ha llevado a cabo, solo puedo decir que me ha parecido muy buena .
Pese a usar muchas descripciones tanto para, que como lector te sumerjas en el mundo funerario, como para explicar los distintos procesos, el material y utensilios de trabajo, así como el lenguaje propio de la profesión… en ningún momento resulta una lectura pesad o aburrida, todo lo contrario, logra que quieras saber más al respecto.

Si algo tengo que decir negativo, al menos para mí es respecto a la parte del thriller. He de decir que, por la sinopsis, me esperaba algo más. Me ha faltado más desarrollo, en comparación a los demás temas tratados, más intriga, más acción…
Si es cierto que se produce un asesinato pero casi pasa desapercibido durante todo el libro, hasta casi el final de la historia. Y llegados a ese punto todo se resuelve de una manera muy precipitada.

“La muerte es mía” ha sido lectura muy distinta a lo que habitualmente suelo leer. Una historia que habla sobre todo de la muerte y todo lo que la rodea, por lo que si eres una persona sensible tal vez no sea una lectura para ti.
Un thriller con un título contundente que te invita a seguir leyendo parta saber el porqué de esa afirmación tan directa.
Una novela que nos recuerda que vida y muerte son las dos caras de la misma moneda.