Oscura deriva

¿Qué sabemos del odio? Creemos que lo conocemos, que todos lo hemos experimentado, pero no es cierto. El odio, el auténtico odio no se puede aplacar. No se puede aislar en un pequeño rincón del alma ni tampoco ignorar. El odio quema. Deshumaniza. Aniquila todo lo bueno que pueda haber en nosotros y señala un único objetivo: la venganza.

Para quienes sienten ese fuego abrasador, nada más importa. Solo condenar a los culpables. Ojo por ojo, diente por diente... o tal vez no. Porque cuando se llega a ese estado nada puede compensar el daño sufrido. Nada puede revertir sus consecuencias ni calmar el dolor. Una incontenible necesidad de venganza implica crueldad. Castigo, no justicia. Es la pasión más arrolladora. Una apisonadora. La mayor de las detonaciones. Para ellos se convierte en la única razón para vivir. Y su consecución, en el mejor modo de morir.

Thomas Shrike está enfermo. La oscuridad ha tocado su alma. Roger Black se lo ha arrebatado todo y la idea de acabar con él es lo único que le mantiene con vida. Afortunadamente no es el único que alberga esos sentimientos y no tiene problemas para embarcar en su nave a una tripulación que jura dar su vida por terminar con la del pirata. El viaje es largo. Probablemente sin retorno. Pero los hombres, mujeres, androides y ginoides que le acompañan tienen claro que seguir respirando sin aquello que Black les ha arrebatado, no es una opción. Nada, ni siquiera la enorme distancia que habrán de salvar en una nave de deriva, les detendrá. No importa quien quede atrás. Lo primordial es la misión: darle caza. Acabar con él.

Carlos J. Sánchez ha irrumpido con fuerza en el panorama de la ciencia ficción nacional gracias a Oscura Deriva, una obra intensa, absorbente y, como su título advierte, muy oscura. Una novela que habla de soledad, de miedo y de locura. Pero, sobre todo, de las devastadoras consecuencias del odio y la venganza.

A veces, para acabar con un enemigo, debemos jugar con sus reglas. Y si lo hacemos corremos el riesgo de convertirnos en él. Este punto queda magníficamente retratado con el narrador elegido: el propio Black. Y es que escribir en segunda persona una historia así es todo un reto; un ejercicio incómodo para el autor, desconcertante para el lector, y que implica una resolución imprevisible o, cuanto menos, atípica. Sin embargo, Sánchez sale victorioso de esta apuesta, pues logra amplificar el duelo entre los dos antagonistas y profundizar en la periódica deshumanización de Shrike, un capitán atormentado y cada vez más desconectado de quienes le rodean. de hecho, siguiendo con este aspecto de la obra, hay que destacar el perfil psicológico de cada uno de sus personajes, todos presentados y retratados a la perfección mediante unas breves entrevistas que sirven para abrir los capítulos.

El Motor de Deriva es un elemento fundamental en la narración. La idea de un sistema de navegación que consiga salvar enormes distancias a través de un salto interdimensional, atravesando un lugar ignoto e incomprensible en el que no funcione nuestra tecnología, es una pequeña genialidad que merece ser reconocida. ¿Imagináis los efectos psicológicos que puede producir en una tripulación la ausencia durante días de cosas tan básicas como el agua caliente, la luz, o la sensación de control?

Algunos dirán que esta obra es una Space Opera. Otros, que se trata de una novela de terror psicológico. Todos acertarán. Es inclasificable y, sin embargo, cuando la leáis, cuando os dejéis contaminar por su atmósfera malsana, lo que siempre recordaréis de ella es La Oscuridad. La que siempre ha temido el hombre. La que alberga al demonio al que deben dar caza. La que corrompe almas y trae locura. El lugar donde mueren los vivos y, tal vez, viven los muertos.

¡Embarcaos! Acabar con Roger Black bien vale la vida de un puñado de valientes. No os dejéis engañar, queda poco de humano en él. Si Joseph Conrad no hubiese nacido antes, esta novela debería llamarse El corazón de las tinieblas. Sé que sois audaces. Que nada os detendrá. Probablemente algunos perderéis la razón durante el viaje y otros deberéis sacrificar a vuestros compañeros o ser sacrificados por ellos. Pero, ¿No es un precio pequeño por ver arder al diablo?
Enlace: https://elyunquedehefesto.bl..

¿Qué serías capaz de hacer para vengarte? ¿Qué estarías dispuesto a sacrificar para acabar con el hombre que asesinó a tu familia, a tus amigos? Aunque, quizá si ya has perdido todo no existan límites que no te atrevas a cruzar. Hoy en el blog quiero recomendarles Oscura deriva, de Carlos J. Sánchez. Una novela corta que nos llevará a explorar una parte desconocida del universo para cumplir una misión imposible.

«En las sombras de la Oscuridad, pronunciaste mi nombre. Y la Oscuridad escuchó cada palabra».

Podemos decir que esta es la historia de Thomas Shrike, un capitán retirado del Imperio que se embarca en una misión que parece irrealizable. Su objetivo es asesinar a Roger Black, un pirata espacial que ha ido sembrando muerte y caos por todo el espacio conocido. Un hombre tan cruel y sanguinario que la sola mención de su nombre causa pavor en todos aquellos que lo escuchan.

Guiado por su necesidad de justicia y venganza, el capitán Shrike reunirá una tripulación de voluntarios. No militares o mercenarios. Sus compañeros en esa odisea serán los familiares y amigos de aquellos a los que el criminal arrebató la vida. Personas tan desesperadas como él. Con el mismo deseo de verlo muerto, sin importar las consecuencias o los riesgos. Cada miembro de esa expedición tuvo que someterse a una entrevista en la que, además de sus cualificaciones y explicar cómo habían sido víctimas del pirata, tenían que responder a una pregunta vital: ¿estarían dispuestos a asesinar a Roger Black?

«Pero ahora estabas en la Oscuridad. aquí el cosmos calla para que puedas oír a tus fantasmas».

Pero encontrar a Black no será fácil. Se halla en paradero desconocido en una parte sin explorar del cosmos. Para llegar a él deberán encontrar sus coordenadas en una vieja y siniestra estación espacial y, viajar en una nave de deriva a través de la Oscuridad. Con una tecnología que aún no se conoce bien, deberán adentrarse a un lugar en el que no hay estrellas, no hay nada. Pero someterse a ese viaje con su oscuridad perpetua puede tener consecuencias fatales para la tripulación. Además, quizás ese lugar desconocido no esté completamente vacío. Nadie sabe qué o quién puede habitar en él.

Así, lo que inicia como una búsqueda de justicia se va transformando en un descenso a la oscuridad. Metafóricamente y también de manera muy real. Una de las particularidades del libro es que está escrito en segunda persona. Será el desalmado Roger Black quien nos narre todo lo que tiene que vivir el capitán Thomas Shrike y su tripulación para darle caza. La elección de esa particular y poco común voz narradora es esencial para que luego las revelaciones finales del libro nos resulten aún más sorprendentes.

«Poco te importaban sus miedos o sus esperanzas. Los dejarías morir a todos si con ello me encontrabas al fin».

Uno de los puntos que me pareció muy original es que la novela incluye pequeños interludios que transcriben las entrevistas por las que tuvieron que pasar los tripulantes. de esa manera podemos conocer un poco más a parte del elenco de personajes secundarios que participan en la misión y sus motivos para estar allí. No les digo cuál de ellos es mi favorito para evitar posibles spoilers. Me encantó que el prólogo del libro, realizado por Antonio Torrubia, emulara a esas entrevistas que luego iríamos encontrando en la novela, pero interrogando al autor. Una manera genial de presentarnos al escritor y a la obra. El libro, como todos los de Dilatando Mentes, está lleno de ilustraciones y detalles, además de un postfacio de Juan Antonio Oliva.

Venganza, piratas, inteligencias artificiales, androides, muerte, espacio inexplorado… Oscura deriva, de Carlos J. Sánchez, es una novela corta adictiva. Una que nos llevará a ver el descenso a los infiernos de un padre que necesita asesinar al monstruo que se llevó a sus hijos, pero que puede que pierda su humanidad en el camino. Llena de largos pasillos oscuros y vacíos, es imposible leer y no evocar escenas de películas como Alien u Horizonte final (dos de las influencias del autor). Si están buscando una buena dosis de ciencia ficción inquietante tienen que darle una oportunidad.

¿Han leído Oscura deriva? ¿Les llama la atención?
Enlace: http://inthenevernever.blogs..