Últimos días en Berlín

En este espectacular libro la autora nos hará revivir las consecuencias más terroríficas y el fanatismo más absoluto del nazismo y el comunismo, a través de unos personajes muy bien construidos que harán emocionar y horrorizar a partes iguales.

Nos encontramos ante una maravillosa novela histórica, muy bien documentada y excelentemente escrita pero a la vez con una ficción que remueve. Me ha dado la sensación de un conjunto sólido, sin fisuras.

En definitiva, "Últimos días en Berlín" es un recorrido por unos años tormentosos y miserables, lleno de actos expeluznantes y cicatrices perpetuas, que nos demuestra lo peor de las doctrinas ideológicas y los regímenes totalitarios.

Ha sido la primera novela que he leído de la autora y estoy seguro que no será la última.

Entonces, recomiendo fervientemente su lectura, con la esperanza de recordar para que no se repita y llegue a concienciar a generaciones presentes y futuras.

Saludos y feliz lectura. 📚

El único pero que puedo ponerle a la novela es la increíble capacidad de su protagonista para tomar malas decisiones.

Paloma Sánchez Garnica vuelve a utilizar la ciudad de Berlín como telón de fondo, consiguiendo un libro marca de la casa, muy aceptable aunque un pelín por debajo de sus anteriores textos.

También es sello propio intentar ser neutral y mostrar las vergüenzas de los totalitarismos que intervienen en esta historia.
La Rusia de Stalin versus el nazismo de Adolfito.

Pero Últimos días en Berlín es una obra, ante todo, del pueblo y de la represión que alemanes y rusos sufrieron como tal.

Unos amparados en una raza suprema, otros en un sistema que nunca funcionó más allá de los grandes capos. Ambos con las mismas consecuencias:
Miseria, miedo, muerte, hambre, tortura y violaciones.

Con el alzamiento de Hitler al poder arranca la novela donde Yuri metepatas ( Santacruz es su apellido) se meterá en el primer lío a las pocas páginas y mantendrá esta afición durante el resto del camino.

Sí, la novela reúne todos los clichés del género y es más previsible que Bambi, pero la autora madrileña es una apuesta segura para quien nos gusta y algo lineal para el resto.

Esto se traduce en un triángulo amoroso, desdichas y las penurias que los habitantes sufren más allá de sus fronteras. Las andanzas del pueblo, pero con el pueblo.

El planteamiento inicial engancha, ruso recién llegado a Alemania huyendo de una revolución para chocar de frente con el nacionalismo.

Sánchez Garnica irá marcando los ritmos del cambio político de cada ciudad, siendo más opresivo según se va avanzando.

Poco nuevo, la matanza que los soviéticos realizaron en Polonia intentando hacerla pasar como nazi, y el cobarde final del hombre del bigote pequeño, son quizás lo menos visto en novelas del estilo.

Breve recreación de la noche de los cristales rotos y una finalista muchísimo mejor que la mayoría de los premios planeta. Ya veremos si los Carmenes siguen molando.

En cualquier caso, obra aseadita, con buena letra que peca de excesivo dramatismo concentrado en una sola persona.

De comida basura a Fideos de la abuela con caldo de gallina vieja.

Una gran novela que nos trae descripción histórica de las implicaciones y terrores de los totalitarismos la Alemania nazi y la Rusia de Stalin. Aunque apenas menciona el régimen de Mussolini. Llama mucho la atención la forma en que hace notar la compaña realizada en ambos casos para convencer y manipular a las personas sobre sus creencias y justificaciones, de forma que aceptaran y apoyaran todas las atrocidades cometidas.

De igual forma, fue significativo como retrata el alma de personas comunes enredadas en cada régimen. Algunas totalmente convencidas de la verdad y justificación de sus acciones, otras que se vieron obligadas a participar en tareas violentas aún contra sus seres queridos con tal de sobrevivir. Además, algunas otras personas que se negaron a ser partícipes de todo eso, que lograron abstenerse y luchar en contra, la mayoría de estos murieron, otros lograron sobrevivir para traernos historias escalofriantes que hoy conocemos.

Todo lo anterior la autora lo logra plasmar a través de la vida de Yuri, un ruso-español que se ve inmerso desde muy pequeño en el caos de Rusia, España y Alemania en los albores y durante de la segunda guerra mundial. Es una buena persona, que tiene a su alrededor gente que lo quiere y protege, aunque no siempre él logre entenderlo, lo que le lleva a tomar decisiones equivocadas, emitiendo juicios de valor de los que generalmente llega a arrepentirse.

Y justamente, eso me queda de la intensidad de sentimientos que me ha provocado la novela, la necesidad del perdón, un perdón real ante acciones que creemos que no lo merecen, pues solo la capacidad de perdonar puede salvar el alma y dar paz a quienes sobreviven a los terrores de la guerra (cualquier tipo de guerra sea física y de armamento, o aquella más espiritual, que se desarrolla en el interior de las personas).

Últimos días en Berlín ha sido una “novela submarino” para mí. Me explico.

Para conseguir sumergirse, las válvulas del submarino se abren y los tanques se llenan de agua. El peso aumenta y debido a esto comienza un movimiento descendente.

Aunque la novela gira en torno a tres vértices principales que se van agrupando de dos en dos: Yuri Santacruz, Claudia Khaler y Krista Metzger, todos los personajes se expanden de forma horizontal provocando que las válvulas del corazón se abran. Para cuando te quieres dar cuenta ya estás completamente sumergido en la historia.

En todo momento tuve la sensación de estar leyendo un conjunto sólido, un todo, un libro muy bien documentado, pero a la vez una ficción que remueve.

Para hacer subir el submarino, se libera aire altamente comprimido que expulsa el agua de los tanques. También yo suspiraré liberando aire y ascenderé a la superficie para volver a leer a Paloma Sánchez-Garnica.

OPINIÓN Y VALORACIÓN PERSONAL:

Últimos días en Berlín me ha parecido una fantástica recreación histórica de una de las épocas más oscuras del SXX.

Su protagonista, el joven Yuri Santacruz hijo de padre español y madre rusa, vive la gran tragedia de tener que separarse de su madre y su hermano tras la 1ªRevolución rusa, cosa que marcará su carácter distanciándole del resto de su familia y persiguiendo el ansiado reencuentro durante años.

Aceptando un trabajo en la embajada española en Berlín, Yuri vivirá su juventud en pleno ascenso del nazismo, pues su llegada a la ciudad sucede en 1933, siendo él un muchacho de 24 años.

Aunque la historia va hacia delante, también nos explica todo lo vivido por la familia Santacruz en Rusia, que pierde todos sus derechos durante la citada Revolución bolchevique, pasando de pertenecer a la clase media acomodada, a perder todas las libertades en favor del comunismo más radical.

Así mismo, nos muestra un retrato cuidado casi intimista, muy centrado en la preguerra en el barrio y los habitantes del edificio donde vive Yuri. El “lavado de cerebro” y la manipulación de la población (Principios de la propaganda de Goebbels), así como los efectos del nazismo en los judíos que sufrieron la delación, el chantaje, el expolio y la violencia, muchas veces en el seno del vecindario y la propia familia.

“Principio de la transfusión:

Por regla general, la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales; se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas”

Yuri vivirá además junto con dos mujeres, Claudia y Krista, muy distintas en educación y principios, un complicado triángulo amoroso, en el peor de los entornos.

La narración es adictiva y tras los primeros capítulos, te atrapa entre sus páginas, pese a la incomodidad de la historia. Aunque se sufre, la autora es capaz de reflejar la crudeza y el horror sin perder la elegancia, haciendo gala de una cierta contención y dominio que yo personalmente he agradecido, pues no es precisamente un libro amable.

Esta es una historia dura, donde prima el instinto de supervivencia para poder tener la oportunidad de una nueva vida. Empieza con un acto heroico, termina con un círculo que se cierra y aunque es como os comentaba un libro muy ameno y entretenido, a mí personalmente, me ha dejado un poco tocada el final. Este me ha parecido algo precipitado y con todo el respeto por el estupendo trabajo de la autora, demasiado fácil y conveniente. Aunque soy consciente que es el mejor posible, no puedo evitar tener una sensación agridulce (más agria que dulce).

CONCLUSIÓN:

Pese haber leido muchos libros sobre el tema, me maravilla ver como cada autora o autor es capaz de darle su punto de vista, y ficcionar una porción de la historia, construyendo un relato distinto sobre unos mismos hechos. Es la primera vez que leo a Paloma Sánchez- Garnica y corroboro la nota editorial de la contraportada: Una delicia narrativa.