El problema es que en asuntos de mujeres los hombres no tienen empacho alguno en anularnos incluso para lo que nos afecta directamente, nunca se privaran de exigirnos explicaciones de lo que ellos mismos nos han obligado a hacer; siempre habremos de justificar todo aquello que hacemos o dejamos de hacer más allá del mundo limitado de cuatro paredes
|