Hadas con tacones afilados

Hoy os traigo una reseña un tanto especial. No por la novela en sí, de la que sólo ya os adelanto que sólo voy a hablar cosas buenas, sino de lo que me ha podido transmitir o me ha hecho sentir, eso sin contar que es de un buen amigo. Pero los que me conocéis que soléis ser muchos de los que pasáis sabéis que cuando algo no me gusta, vamos que lo digo también.
Así que… ¡Vamos!

¿Es una novela que hubiera leído? Seguramente… ¿ahora? Seguramente no, ¿y porque la he leído? Porque creo que todo en este momento tiene un tiempo y su lugar. Por circunstancias cayó justo en mis manos en este momento, y a pesar de que ya lleva tiempo en el mercado ha sido ahora. Las cosas no pasan porque sí, no creo en las casualidades.
Evidentemente viendo la portada ya podemos intuir que es una novela policíaca. Efectivamente, es una novela policíaca, que el toque del zapato le da un toque llamativo, si, que tiene sentido si lees la novela, también, pero vamos yo nunca hubiera pisado una placa de policía, por el respeto que le tengo hacia ellas. Pero bueno, leyendo la novela, efectivamente tiene su sentido.
El autor, actualmente Inspector del Cuerpo Nacional de Policía, ha escrito la novela en tercera persona, distribuyéndola en un preámbulo y 20 capítulos, ni cortos ni muy largos, puede que tengan su justa medida, para que tenga un buen ritmo de lectura. Porque lo tiene. No os voy a decir que la he leído en un día, porque me ha transmitido demasiadas cosas a nivel personal y he tenido que espaciarla, pero si se puede leer en un día.
Todos los capítulos el autor los empieza con una cita… Vamos hay tantas que hay para todos los gustos, pero si tuviera que quedarme con una me quedo con esta “No puedo desear que ganen los buenos, ya que ignoro quienes son”. Que gran verdad. Además, el autor deja caer por la novela otra frase como “En el fondo no hay buenos ni malos perfectos”.
La novela es una trama policíaca donde un perturbado pone en jaque a través de un programa de televisión a toda la policía de la ciudad. Llamada que realiza, cadáver que aparece.
Curiosidad, que el sitio donde aparece el primer cadáver es la iglesia que lleva el nombre donde me bautizaron. Casualidades del destino, en las que no creo.
Silvio es el Inspector Jefe del grupo de homicidios de la Policía Judicial, casi todo su equipo será relevante para la investigación.
Otros personajes la subinspectora Zulema Ncara, el Jefe Manuel Fuenteprada, el vidente Cesar Velano y el Padre Larrea, aparecen en la novela junto a otros y todos tendrán su relevancia en la misma.

El grupo será el encargado de llevar esta investigación, que Dios mío que imaginación para liar la que ha liado el autor para salir por supuesto beneficiado, porque no sólo es original, sino que puede ser algo que puede suceder realmente.
Se ve claramente la influencia de su profesión en la novela. Hay algún detalle que el lector puede imaginar pero que yo creo que sólo los policías pueden entender. Aquí me quedo con la nostalgia de Raquel de echar de menos el oír la emisora y no sentir ese puntito de adrenalina de saber que tienes que llegar a un sitio rápido, y que cuentas con el apoyo de todos tus compañeros de turno. Eso es algo que quien lo ha vivido sabe que no tiene precio, y que nunca se va a olvidar por mucho tiempo que pase. Ni el hecho, ni a los compañeros.
Por supuesto el vocabulario, los tecnicismos, los métodos de trabajo, nomenclaturas, todo ello, son cosas que coinciden con el sistema del Cuerpo Nacional de Policía. Es por ello, que se pueden aprender muchas cosas de su funcionamiento y de que no siempre las cosas son tan fáciles, como cuando quieres pedir una orden judicial, hay muchas cosas que resultan interesantes para un lector que quiere iniciarse con una novela muy real a nivel policial. Y para los que ya están iniciados para que puedan aprender más. La novela es ficción, pero no deja de tener los toques que el autor al ser mando del CNP va dejando de la experiencia propia en el cuerpo.
¿Cuántas veces hemos oído lo de más vale lápiz corto que memoria larga? 😊 demasiadas… sobre todo en los principios, luego eres tú el que pasa a decírselo a otros 😊
No sólo es una novela policíaca, el autor ha jugado con triángulos amorosos, o no tan triángulos, infidelidades, relaciones ocultas, vicios, sexo, enfermedades, expulsiones de los casos, vamos que hay para no dejar de estar expectante, dentro de la seriedad de la novela.
Como bien dice la sinopsis, nada es lo que parece, y ahí es donde nos encontraremos sorpresillas durante toda la novela.
¿Con qué me quedaría? A parte por supuesto que con la trama y los toques puramente policiales que sólo alguien del cuerpo puede conocer, con la pluma del autor.
Es un autor novel, su primera novela, y que, pese a que lleve un par de años en el mercado, la novela sigue saliendo adelante por la calidad literaria de la misma.
Es muy difícil, pero muy difícil quedarte con algo cuando no le ves nada negativo a la misma. Porque la he disfrutado, aunque a nivel personal, y por mis circunstancias es una novela que me ha hecho llorar y mucho. Pero insisto por mis circunstancias, que no es un dramón. al revés, es una novela para disfrutar del jaque a la policía.
¿Os la recomendaría? Si os gusta el género policíaco, si queréis conocer un poco más cómo funciona el Cuerpo Nacional de Policía, si queréis pasar un buen rato con una buena novela, y sobre todo descubrir nuevos autores que no son tan conocidos pero que no tienen nada que envidiar a los grandes best sellers.
Enlace: http://www.leolalluviacaer.c..

Un batiburrillo de ideas, personajes y lugares sin sentido. Un exceso descriptivo que provoca que no llegue a enganchar la lectura y la realentiza. Y en cuanto a la trama, empieza interesante pero se pierde el rumbo y se dejan muchos cabos por atar.
El escritor tiene madera para ello y estoy seguro que sus próximos libros serán mucho mejores.