Thornhill: Orfanato para chicas

Como he dicho, estamos ante un libro narrado de dos maneras y en dos épocas diferentes. Una es el diario de una chica huérfana que vive en Thornhill en 1982, otro es el día a día ilustrado de otra chica en el presente que vive en frente de Thornhill y las dos narraciones y los dos tiempos se intercalan.
Empezamos con la chica en el presente que ve a alguien en el orfanato abandonado y se va a indagar ya que le intriga que ha podido pasar. La chica de 1982 relata cómo han vuelto sus episodios de terror ya que su mayor miedo camina entre las paredes el orfanato y tiene nombre.

No es un libro de miedo pero sí nos habla del miedo y es que lo normal y en lo primero que se piensa con referente al miedo es a lo desconocido, pero algo que justamente conocemos puede ser igual o más aterrador que aquello que desconocemos.

El libro también habla de las apariencias, de como algo que es normal, dentro del canon es bueno, porque es algo reconocible, y algo diferente se nos es incómodo, pero esa imagen superficial no tiene por qué ser la realidad, que algo que sea siniestro para nosotros no significa que sea malo.
El libro juega con esa doble imagen entre lo bueno y lo malo en dos cuerpos diferentes.
También refleja la figura del adulto que se olvida de que una vez fue niño, el desinterés ante temas que se le escapan y cómo esos pequeños detalles de desinterés puede crear un problema mayor.

El hecho de que esté narrado de dos maneras diferentes crea una manera de leer muy interesante ya que muchas veces son las imágenes las que expresan más que unos textos de un diario y se entienden perfectamente sin apenas texto ni diálogos.
En ocasiones las propias imágenes hacen el efecto de música que sorprende en una película de misterio. Las ilustraciones son monocromáticas con el negro y el blanco pero con la ayuda de texturas y grafismos consigue cierto movimiento en las imágenes que ayuda a que sea inquietantes.
La relación de la chica de 1982 con su compañera y causante de su miedo me ha intrigado muchísimo y me ha desconcertado ya que nunca llegan a aclarar de donde surge cierta obsesión aunque con mentiras veladas se puede entender que está pasando.

El final me ha parecido muy acertado ya que queda abierto y con una interpretación abierta a la imaginación y cada uno saca sus propias conclusiones e interpretaciones, y la mía por ejemplo, es tierna.

Conclusión
Thornhill es un libro que habla de un miedo a lo conocido, de que no hace falta un edificio encantado para asustarnos, que una persona en su día a día es suficiente para asustarnos.
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