¡Qué delicia debe ser su vida! Abren una puerta y encuentran solo un cuarto de baño o una sala de estar. Espacios neutrales. No este laberinto de habitaciones del presente y habitaciones del pasado con las cosas que se dijeron en ellas hace años y la mierda histórica de cada cual por todas partes. Ellos no están siempre repitiendo los mismos errores. No están siempre oyendo las mismas historias. No hacen representaciones públicas de angustia en los transportes urbanos. [...] Y cada día de su existencia no es esta lucha terrible entre quiénes son y quiénes tendrían que ser, lo que fueron y lo que serán.
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