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Ser diferente nunca ha sido fácil. Siempre hay obstáculos que hay que sortear, gente que no lo soporta ni lo entiende y momentos en los que quieres transformarte en otra persona, si fuera posible. Para Harriet, ser diferente es sinónimo de insultos, humillaciones y desprecio. Su coeficiente intelectual es mayor que la media a sus 15 años y no es como el resto de chicas: es friki, viste de manera rara, conoce muchas cosas curiosas y solo tiene una amiga, Nat. El sueño de Nat ha sido siempre ser modelo. Todo se reduce a ello. Sin embargo, Harriet llama la atención de alguien en el momento menos indicado y, desde ahí, veremos cómo asiste a un intento de transformación que la llevará a plantearse pasar de patito feo a cisne. Una oportunidad única, que cualquier chica aprovecharía, pero que Harriet no sabe si ayudará a que consiga encajar, a dejar de ser invisible y ser más como los demás. ¿Es realmente malo ser diferente? ¿Puede ser feliz siendo ella misma? En esta novela juvenil divertida y adictiva, entenderemos cómo de crueles son los adolescentes, cuáles son las consecuencias de tomar decisiones y cómo hay que ser siempre uno mismo, sin tener en cuenta lo que opinen los demás. Debemos siempre creer a aquellas personas que nos quieren de verdad y nos apoyan con nuestras decisiones, las entiendan o no. Una novela con un mensaje claro: ser diferente no es malo. Ser diferente es un privilegio cuando el resto sigue un molde determinado. Me ha gustado mucho esta novela que llevaba mucho tiempo pendiente en mi estantería. Una lectura fresca, ligera y tierna, que vale la pena disfrutar. Tiene continuación y espero poder leerla pronto para seguir conociendo a Harriet. |
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