Entré a este libro con ciertas reservas: ya había leído “Canción dulce”, que me encantó, y no había leído demasiadas cosas buenas sobre este. Menos mal que @readingsnorth nos organizó un viaje por África para su reto #viajarleyendoautoras y decidí aventurarme, porque Leila Slimani se ha convertido definitivamente en una escritora a quien seguiré muy de cerca (su nueva novela ya ha salido y habrá que leerla más pronto que tarde). Leila nos cuenta la historia de Adèle, una madre, esposa y trabajadora cuya vida gira en torno al sexo, o prácticamente es este. Sus escapadas, sus mentiras, sus ocultaciones y sus arrebatos conforman su día a día y, casi sin exagerar, su existencia. Cuando se deja llevar, termina sintiéndose mal por hacerle eso a su familia. Cuando no lo hace, su interior enloquece hasta que termina explotando en el más absoluto descontrol. Por el camino, por supuesto, todo el mundo la juzga. Nosotros mismos, como lectores, lo hacemos constantemente, algo que no me cabe duda que Leila ha hecho adrede. El libro es un torbellino que no para de arrastrarte hacia una sensación de malestar y desagrado, de pena por cómo Adèle termina pasando por ciertas situaciones pero también con la violencia de verte pensando, a veces, que en el fondo merece lo que le pase. Una lectura, creo, a la que sacarle mucho partido y que, además, está fantásticamente editada por @cabaretvoltaire_ed (ese papel…). Os animo a seguir a Leila y a dejaros arrastrar por su escritura desfondada. |