Flores cortadas

Creemos conocer a las personas que nos rodean pero...¿En quién podemos confiar?

Todo terminó para la familia Carroll un lunes 4 de marzo de 1991. Ese día la desgracia se cernió sobre ellos y sus vidas fueron sesgadas al igual que las flores cortadas. Julia Carroll solo tenía 19 años cuando desapareció. Alguien tuvo que secuestrarla para hacerle dios sabe qué. Se organizaron partidas de búsqueda, su familia llamó a hospitales, albergues y comisarías, contrataron incluso a un detective privado, pero nadie volvió a saber nada de ella.



Sam es el padre de Julia, el cabeza de familia. Él nunca dejó de buscarla, nunca desistió. Siempre conservó esperanzas de dar con el paradero de su niña. No puede pasar página ni seguir adelante con su fracturada vida. Julia tenía dos hermanas más pequeñas que ella, Lydia y Claire, las cuales afrontaron su pérdida de diferente manera, pasando su infierno personal y sobrellevando el dolor por la desaparición de Julia como mejor pudieron. Lydia buscó refugio en las drogas, pero esa adicción obedecía a la necesidad de escapar de aquel dolor y desesperación que había en su casa. Buscó el modo más fácil para autodestruirse. Aceptó y asimiló la muerte de su hermana mucho antes que cualquiera de la familia. Siempre tuvo muy claro que Julia no volvería y esa fue se excusa para evadirse con las drogas. Claire tan solo tenía 13 años cuando ocurrieron los hechos y ella decidió hacerse invisible, pasar lo mas desapercibida posible. Nunca dio problemas y no quiso destacar en nada a pesar de que podía haberlo hecho.

Han pasado 24 años y Claire es ahora la esposa de Paul Scott, un arquitecto millonario. Ella es una mujer florero, una pija que solo se dedica a jugar cuatro horas diarias a tenis, alguien totalmente dependiente de su marido a quien considera su salvador, aquel que la apartó de todo el mundo y la alejó del dolor de su familia tras la pérdida de su hermana. Lydia es madre soltera y hace muchos años que logró recuperarse de sus adicciones gracias a una gran fuerza de voluntad. Ahora es una pequeña empresaria que llega a fin de mes con muchos esfuerzos y algún que otro sacrificio. Mantiene una relación intima con Rick, un vecino expresidiario que trabaja en un taller. Ambas hermanas soportan aun la carga de la pérdida sufrida y hace años que rompieron todo contacto entre ellas. Tras el asesinato del marido de Claire se sucederán una serie de acontecimientos y ésta se verá obligada a pedir ayuda a su hermana para afrontar lo que se le viene encima, para esclarecer una verdad que llevaba mucho tiempo en sus vidas, rompiéndoles el corazón. Comienza de nuevo la pesadilla más cruel para ambas, pero sobre todo para Claire. En esta historia no habrá un detective o un policía que se haga cargo del caso para aclararlo. Serán las dos hermanas de la victima quienes se encarguen de ello, muy a su pesar. Y hasta aquí puedo contar porque temo entusiasmarme y entrar, sin querer, en un spoiler.

Flores cortadas es un thriller psicológico, cargado de suspense, con terribles secretos, mentiras y dolor, mucho dolor. Es un libro que está narrado a dos voces muy bien diferenciadas. Por un lado tenemos un diario que escribe Sam, el padre de Julia. Esta parte está narrada en primera persona y son cartas que le escribe a su hija después de que ésta desapareciese. En esas cartas cuenta cómo cambiaron todos sin ella y están impregnadas por el amor filial de un padre hacia su hija, llenas de dolor y de sentimientos de tal intensidad que pueden provocar en el lector muchas emociones. El resto del libro está narrado en tercera persona, por un narrador omnisciente. La novela se divide en siete partes, encabezadas todas ellas por una de estas cartas del diario de Sam, y con un total de 24 capítulos. Está escrita con un lenguaje sencillo y ameno.

Karin Slaughter ha sabido construir perfectamente un ambiente de suspense para ir mostrando, de forma dosificada, los secretos que el lector desconoce. Sus personajes, tanto los principales como los secundarios, están perfectamente definidos y cargados de matices. En esta novela van a destacar, sobre todo, los personajes femeninos y se caracterizan por ser potentes, por tener mucha fuerza pero también son vulnerables.

Flores cortadas es un libro con tintes cinematográficos, con un final de infarto y unas cartas tremendamente emotivas que me han obligado, mas de una vez, a contener las lágrimas. La autora consigue que las descripciones de los acontecimientos se conviertan en imágenes que se quedan grabadas en la retina del lector. La violencia juega un papel fundamental en este libro, aunque las descripciones no llegan a rozar lo escabroso y es apto para casi todo tipo de estómagos. El eje central es la búsqueda de una verdad, la verdad sobre lo que le ocurrió a Julia. Esta historia tiene un buen planteamiento, un trepidante desarrollo y un final apoteósico.

En resumen, Flores cortadas es un thriller con letras mayúsculas, muy adictivo y con una trama absorbente. Su estilo narrativo es intenso y está lleno de giros argumentales. He disfrutado mucho leyendo esta novela porque me ha mantenido pegada a sus páginas desde el principio. Su trama está llena de tensión, suspense, misterio y nada es lo que parece.
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