Sandragama29 August 2022
En una publicidad de 2016, el Banco Ciudad de Buenos Aires acuñó la expresión «inversores de la vida». El actor que protagonizaba la publicidad decía: Yo me convertí en inversor de la vida cuando entendí que no me estaba comprando un auto. Estaba invirtiendo en conocer lugares nuevos. No estaba tomando clases de música, estaba invirtiendo en noches interminables con amigos. Tampoco reservé pasajes para una playa tropical: invertí en comenzar una historia [de amor] paradisíaca. Y no estaba levantando cuatro paredes. Estaba invirtiendo en mi propia historia familiar. Este es tu momento. Empezá a invertir en las cosas que realmente te importan, porque de eso se trata la vida, ¿no? De vivirla. Todas esas cosas no son inversiones. Son gastos. Pero eso es exactamente lo que los receptores del mandato del deseo queremos escuchar. Que lo que hay que hacer es gastar para conseguir momentos, experiencias o historias. Eso es lo que queremos atesorar. + Lire la suite |