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La acción de la novela se sitúa unos días antes de la Noche de San Juan, en pleno mes de junio nos vamos de pesca con dos amigos: Jonás y Miguel. Ambos pasan una de sus “noches de pesca”, aunque en esta ocasión, no hay apenas movimiento, por no decir nada… hasta que empiezan a salir a flote cientos de cadáveres de peces de todo tipo. Rematando, algo extraño semejante a un torpedo pasa al lado de su barca sin hace ningún ruido, dejándoles rodeados de carnaza fiambre. Por si esto fuera poco, vamos viajando a distintas partes del mundo, siendo partícipes de extraños sucesos (aparte de los peces), como un Zumbido constante que nadie sabe de dónde viene ni por qué se ha originado…. o la revolución absoluta en el fondo del océano, que no hecho más que empezar. El autor de “Los Caminantes” vuelve con una historia que engancha desde el principio, su forma de narrar, clara y concisa nos sumerge en la misma sin apenas esfuerzo… sin embargo, y aunque tiene escenas muy muy buenas, llega un punto en el que me dio la sensación de que no avanzaba nada y estaba en un bucle: se suceden las escenas de diferentes sucesos, con sus correspondientes protagonistas, con otras secuencias militares de por medio y diálogos que hacen la lectura bastante amena y rápida. El punto fuerte, desde luego, es el mar, en general, esos cangrejos gigantes que salen del mismo y se van cargando a todo el que pillan, salpicando sangre y vísceras, dejando momentos gore que me han gustado bastante (cómo no jejej). Me recordó mucho a esas pelis de bichos que me encantan, de hecho creo que es una novela bastante visual, quedaría bien llevada a la gran pantalla, muy del género. Y desde luego, si se diera el caso, me apunto sin dudarlo. El libro en sí no me ha desagradado, pero me ha costado Dios y ayuda terminarlo. Es un autor que me encanta, me gusta mucho su forma de narrar, su estilo, pero en este caso no sé… siempre he dicho que cada libro tiene su momento, quizá éste no era el mío. Debo decir que la historia, aparte del género que trata, me tenía ganada por la portada, que según la vi me quedé prendadita, es una penilla que no me haya terminado de llenar. Eso sí, ¡estoy como loca por leer su última novela! |
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