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Esperaba llegar a Judd con muchísimas ganas. Él me gustó desde el momento en que Sascha lo vio y, como dije, esperaba ansiosa su historia. Pero, aunque a él lo amé, claro, Brenna no me llegó a gustar tanto; aunque estaba claro que se pertenecían el uno al otro. A ver, como digo siempre, Nalini nos presenta un mundo muy bien creado, estructurado, con personajes muy, muy bien formados y que todo fluye con naturalidad. Nalini sabe llevar muy bien los hilos y hace que todo encaje a la perfección. Por eso, a lo que narración, trama y demás se refiere, no tengo absolutamente nada negativo que decir. Esta mujer tiene las manos de un dios. Ahora: he leído en varios reviews que Judd se supone tiene cero sentimientos, emociones, pero que se la pasa el libro entero sintiendo. Y sí, es verdad, pero debemos tener en cuenta que él reprime constantemente —aunque con algo de dificultad cuanto más cercano de Brenna se pone— todo esto gracias a su condicionamiento. Recordemos que, en repetidas ocasiones, se explica que ellos no nacen de ese modo, sino que los condicionan para no sentir. Y de ahí viene la disonancia y etc, etc. Además, tenemos el detonante de que está hace varios meses conviviendo con personas que tienen sus sentimientos y emociones a flor de piel. Y eso es algo difícil de ignorar llegado a cierto punto... Sobre Brenna, es claro que todo lo que pasó dejaría completamente loco a más de uno. Pero, confieso, que su bipolaridad —y es algo muy claro esto, pasa de feliz a triste y de triste a enojada en menos de un segundo— me cansó un poco. Pero, como dije, es algo entendible. No cualquiera sale ileso de algo como lo que ella pasó. De resto, repito, ¡me parece todo fantástico! |
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