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Crítica de Inquilinas_Netherfield


Inquilinas_Netherfield
25 April 2018
Creo que ya lo he comentado alguna vez, pero a mí la novela negra o el thriller ambientados en determinadas ciudades de Italia que conozco y adoro (pongamos sobre todo Roma y Florencia, aunque me valen otras cuantas), me rechiflan. Si encima están ambientados algunos siglos atrás, pues más todavía. La marca del inquisidor, por tanto, cumple todos los requisitos. Y eso que lo de "el sucesor de Dan Brown" de la contraportada puede que atraiga a muchos lectores pero a mí me hace saltar hacia atrás invocando el vade retro mientras me salen sarpullidos por todo el cuerpo... afortunadamente nada que ver con Brown (más quisiera él) y sí mucho con El nombre de la rosa, por poneros un ejemplo, aunque sin la densidad narrativa de Eco (y salvando océanos de distancia, que conste, que El nombre de la rosa son palabras muy mayores que hay que respetar y venerar).

Estamos en Roma en 1624. Faltan escasos días para Navidad, y Fray Pietro Rebiba, consultor de la Congregación del Índice, aparece muerto atrapado dentro de la prensa de una imprenta; tiene la boca abierta, con la mandíbula desencajada, y le han introducido páginas impresas hasta la misma garganta. Se hace cargo del caso Fray Girolamo Svampa, un inquisidor dominico del Santo Oficio famoso por su insensibilidad y su tendencia al hostigamiento, y que se preocupa poco por las formas y bastante más por llegar al fondo de lo que investiga. Él será quien se mueva durante la investigación por las altas esferas de Roma; para infiltrarse en los bajos fondos, las tabernas de mala muerte y entre gente poco recomendable cuenta con Cagnolo Alfieri, mesnadero (veterano de guerra) al que paga de su propio bolsillo.

Será en la sede de la Congregación del Índice (hermana pequeña de la Inquisición) donde conozca a Francesco Capiferro, otro padre dominico con una mente prodigiosa capaz de almacenar cualquier dato en su memoria y que será quien le guíe por el intrincado mundo de las imprentas romanas y lo que se imprime en ellas. Pero mientras investigan aparecerán más cadáveres, y poco a poco empiezan a surgir otros factores como la alquimia, la nigromancia, la demonolatría, los cultos secretos... y en medio de todo, un libro escrito por un tal Faustus que muy difícilmente sería aprobado por la Inquisición. ¿Se enfrentan a un asesino escurridizo o a una organización secreta enraizada profundamente en la propia Iglesia? ¿Está todo relacionado o simplemente son pistas falsas? Si a todo esto se une que Svampa tiene enemigos en Roma, que él vive para vengarse y que más vale que se guarde las espaldas, la cosa pinta complicada.

Creo que lo primero que debo hacer es hablaros de Girolamo Svampa. Girolamo es... como decirlo... desabrido. No tiene ninguna intención de caerle bien al lector, se limita a hacer su trabajo. Pero no caigáis en la tentacion de pensar que es como otros polis o detectives literarios que aunque son unos canallas o unos bordes acaban robándote el cuore. No, es como es, que uno no llega a inquisidor por tener el encanto escondido debajo de la capa. Es un poco como Paco Umbral: él ha venido a resolver un asesinato, y todo lo demás, está de más. le acompañas, en ningún momento te cae mal (bueno, a veces piensas: joer, qué arisco eres, tío), pero no es de esos personajes que te calan y llegan hondo. Ni creo que sea tampoco la intención. Mantiene las distancias con el lector.

¿Y quién es Svampa? Pues un inquisidor veneciano ascendido a commissarius del Santo Oficio para resolver este asesinato (estatus necesario para poder meter las narices donde quiera y que le sitúa por encima de cualquier fgura religiosa o poder laico). Irritable, caprichoso, prepotente, maleducado, engreído... de pasado misterioso que él intenta ocultar, es adicto al láudano, tiene accesos de ira recurrentes, muchas veces provocados por un trauma infantil que todavía sigue persiguiéndole (y que conforme avanzan las páginas del libro descubriremos). Y tiene un método de investigación perfectamente definido: nada de sospechas, que no prueban nada, ni confesiones, que pueden ser falsas. Se guía única y exclusivamente por los hechos y por su reconstrucción. Incluso intenta evitar los interrogatorios siempre que puede, y solo los lleva a cabo cuando no le queda más remedio.

A mí me ha gustado. No os puedo decir otra cosa, me ha gustado mucho, y creo que es un thriller histórico que los que más van a saborear son aquellos lectores que además de un caso de asesinato y una investigación, disfruten de los entresijos que una época como esta ofrece, porque son muy importantes para disfrutar de todo el conjunto de la trama. Lo que estaba prohibido y era herejía y lo que no, lo que perseguía la Inquisición y con lo que hacía la vista gorda, la diferencia entre el Santo Oficio y la Congregación del Índice, las imprentas clandestinas que con sus panfletos o libelos anónimos sacaban los colores a los altos mandatarios y a la Iglesia, el impulso del estudio de la astronomía, el debate entre la ciencia y la religión, el culto al demonio, los opúsculos... Y sobre todo y ante todo el noble y bello oficio de los impresores y los tipógrafos romanos del siglo XVII, porque leyendo te vienen a la cabeza imágenes vistas mil veces y comprendes cómo las hacían, de donde venían, lo que distinguía unas de otras, el uso de las matrices xilográficas... A mí es que me chifla enterarme de estas cosas, no puedo remediarlo.

La marca del inquisidor está compuesta por tres partes (más prólogo y epílogo) y 73 capítulos cortos que agilizan mucho la lectura. La trama en sí te lleva a recorrer Roma de punta a punta y siempre a golpe de descubrimientos, nada sacado de la manga. Un paso da pie a otro paso, una pista da lugar a un hallazgo, una deducción lleva a la confirmación de un hecho. El método de Svampa impide que pueda ser de otra manera. al final, todo queda cerrado y explicado. Sí que es cierto, que hay cosas que se quedan un poco en suspenso pero solo con respecto al propio Svampa. Son frentes que no terminan de cerrarse, así que supongo que eso irá teniendo desarrollo más adelante. de hecho, este mismo año ha salido publicado el segundo libro protagonizado por Svampa, Il monastero delle ombre perdute, que si sale publicado en España (espero que sí), pienso leerlo de cabeza (para una serie que pillo desde el principio... xD).

Arriba os hablaba de Eco y El nombre de la rosa... que no se me asuste quien piense que este libro es pesado, porque el estilo de Simoni es mucho menos denso. de hecho se las apaña para meter mucha información sobre la época, sobre la situación social y religiosa en Roma a principios del siglo XVII, sobre lo que hacían las instituciones que conformaban la Inquisición, lo que se consideraba herejía... pero sin abrumar en absoluto ni ponerse cargante. Yo diría que el carácter despegado de Svampa, y sobre todo el del padre Francesco Capiferro (que resulta toda una sorpresa conforme avanzan las páginas, y que se ha convertido en mi personaje favorito del libro en esa evolución hacia una especie de doctor Watson al servicio de Svampa-Holmes), precisamente funcionan como descongestionantes en la narración: el autor huye de personajes intensitos y pesados, por mucho pasado truculento que tengan.

Reconozco que esta novela reúne muchos elementos que ya por separado me gustan mucho, así que juntos me parecen un bombón. Aun así creo que más allá de preferencias personales es un muy buen thriller histórico, que está muy, muy bien escrito y que se adentra en unos años y una esfera poco vistos en la literatura, y menos en la de género como es esta. Cruzo los dedos para que traduzcan el siguiente de Svampa, por muy desaborío que sea el personaje xD.
Enlace: https://inquilinasnetherfiel..
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