InicioMis librosAñadir libros
Descubrir
LibrosAutoresLectoresCríticasCitasListasTest
>

Crítica de Gemmaentrelecturas


Gemmaentrelecturas
18 June 2022
Quería tener hijos no por ser madre, sino por hacerle a él abuelo y a mi abuelo bisabuelo, por devolverle lo que me habían dado, la vida y el amor.
 
Lo llaman el libro de la discordia, cuando yo lo leí, al poco de escuchar su presentación en el programa de Carlos Herrera, me quedó el poso de una mujer que creció rodeada de familia, que observó de cerca las conversaciones de los mayores cogiendo de aquí y de allá retazos de una España que cambiaba a grandes pasos, las ferias ya no son lo que eran, ni las familias ni la infancia, y esto no creo que nadie lo discuta, son sus recuerdos y vivencias.
                Un libro que habla sobre la familia, la suya por supuesta, porque parece que cuando uno habla de su familia tiene que ser fiel reflejo de muchas y no es así. En algunos detalles se pareció a la mía, uno divertido que compartimos. Mi abuelo paterno hizo un montaje fotográfico con un evento familiar donde estuvimos todos, como faltaba mi abuela María que falleció veinte años antes, fue a una tienda de fotografía y pidió que la incluyesen. Hasta aquí podíamos decir que tiene algo de romántico sino fuese porque en vida no la tuvo consideración, pero lo delirante de la foto es que colocó la imagen de mi abuela María sobre la de su segunda esposa, Carmen. La enmarcó y la colocó en el mueble del salón a la vista de todos, incluso de Carmen. Es un libro que narra sus correrías infantiles, los vínculos con sus primos, aquí tengo una punzada de envidia, mi familia formada por hijos únicos no da para grandes fiestorros. Habla de abuelos, del amor a los suyo y el apego a todos ellos. 
«Me da envidia la vida que tenía mi padre a mi edad».
                Y esta frase me pareció curiosa porque en mi casa la he oído alguna vez. Yo creo que vivíais con menos estrés, le decía a mi padre, y él con su infinita tolerancia y comprensión me miraba y me preguntaba, ¿de verdad lo crees? Entonces me sonreía y yo pensaba en su vida, que nació antes de la guerra civil española, creció en la posguerra, sufrió polio, llegó la dictadura, la transición y cuatro cánceres diferentes, meneaba negando con la cabeza; ahora no está y no puedo retomar esta conversación y decirle, sí, vivimos peor o caminamos hacia un futuro más incierto que nuestro pasado más cercano, estoy segura. Llevamos unos años donde hemos retrocedido tanto que me da miedo mirar hacia el futuro, porque pienso que los grandes perdedores no somos nosotros, son nuestros hijos. Nos repiten que somos más libres que nuestros padres, no sé que decir, sinceramente no sé que decir.
                Que esta novela tiene la visión del mundo según Ana Iris Simón, pues claro, y se parecería en muchas cosas a mi biografía, salvando la diferencia de edad, porque mis circunstancias fueron otras. Lo primero mis abuelos, uno era militar de carrera y otro mecánico, uno fue a la guerra convencido, al otro le pusieron el fusil en la mano y desertó, en mi casa no se hablaba de política, pero tampoco de religión ni de fútbol, porque hasta en esto había diferencias irreconciliables. Cada una de nosotros creció con en una ideología que se ve reflejada en la narración de sus vidas, en mi casa había un pie en el socialismo y otro en la derecha, yo crecí escuchando estos debates y enfrentamientos, unos se acaloraban hasta que la vena se les marcaba y mi padre fiel a sus ideas escuchaba con tolerancia, ya tuve suficiente violencia y no es el camino, decía, por lo menos el mío no lo es, el de otros, seguro, por los intereses.
                Y sí, Ana Iris Simón añora la vida del pasado, este presente no le gusta, porque hay en ella cierta frustración a no poder ser madre, «con diez años tuve que ponerme a vendimiar», dice el padre, ella responde, «pero tú por lo menos pudiste tener hijos». Para mí es una respuesta desequilibrada, me resulta gravísimo que cualquier niño con esa edad tenga que trabajar, pero en el pensamiento de Ana Iris prima el dolor de no ser madre.  No podemos perder de vista que estamos leyendo los pensamientos reales de una mujer, sus inquietudes, sus deseos, que pueden no ser los míos, ni los tuyos, pero son los de ella, respetable. Yo no tuve prisa por ser madre, antes quería ver el mundo, disfrutar de la vida, de mi carrera profesional y construir una buena base. No tuve prisa, una vez que llegaron, se convirtieron en mi prioridad más absoluta, y ante esa frase que dice, los hijos se deban adaptar a tu vida, en mi caso no fue así, y no me arrepiento ni un segundo. Y a mí se me ha criticado por esperar, se me ha tachado de esmeril, me decían, pero era mí decisión y no era el momento.
                Y sí, quizá Feria se ha utilizado por muchos columnistas de "extremo centro" para algo más, pero para mí fueron las vivencias infantiles de Ana Iris Simón, su emociones y memorias escritas durante la pandemia que asoló el mundo, porque en esos momentos muchos nos cuestionamos nuestro presente de acuerdo con las decisiones tomadas y las que no.  

Comentar  Me gusta         40



Comprar este libro en papel, epub, pdf en

Amazon ESAgapeaCasa del libro
Apreciaron esta crítica ()(3)ver más