Nada revela con tanta profundidad a una persona como su forma de juntar su cuerpo al de otra.
|
Nada revela con tanta profundidad a una persona como su forma de juntar su cuerpo al de otra.
|
La memoria es benévola y sabe borrar con eficacia lo que nunca debió haber sido y nada significa.
|
La felicidad es separarse y no tener miedo de no volver a verse, despedirse con un beso rápido en el andén y luego viajar sentada en el vagón rumbo a la soledad de tu casa, que desde que existe el otro, y desde que se produjo el encuentro, ya no es una condena.
|
La maldad, a veces, es cuestión de interpretación. El dolor, no. Al final, es la única verdad que nos alcanza a todos.
|
Lo que importa no es tanto lo que provoca el cambio como el hecho de sentirse capaz de cambiar.
|
Una oda de Friedrich Schiller se escucha al final de su última sinfonía cantada por un coro.