Este tomo es el séptimo de la saga y la verdad es que está buenísimo y que se merece el Premio. Hice bien en leer justo antes "
La reina sin espejo" porque introduce personajes que tomarán una relevancia en este libro. Se trata del antiguo colega de Bevilacqua, el subteniente Rafael Robles y del policía judicial de los Mossos, Riudavets, que tendrán protagonismo en este tomo siete.
¿ Por qué el libro está buenísimo ? Porque está bien escrito, porque la trama está llevada de manera perfecta, porque es un libro reflexivo, porque tendremos, por fin, alguna revelación personal sobre nuestro reservado inspector Bevilacqua y porque está escrito con ese humor tan acertado y constante de
Lorenzo Silva. Una lectura estupenda que recomiendo.
Bevilacqua tendrá que investigar el salvaje asesinato de su antiguo jefe , el subteniente Rafael Robles, hoy en día jubilado y residente en Cataluña. Robles enseñó todo a Bevilacqua durante los diez años que éste permaneció en Cataluña y fue un jefe que lo marcó: un hombre de fuerte personalidad , un hombre recio de los que pisan fuerte y no dudan nunca. Guardia civil « crónico », de la vieja escuela, y que no se sentiría identificado con una Guardia Civil que no fuera militar porque se sentiría como la pasma (la Policía), de ésos que están siempre atentos a cualquier indicio sospechoso, viejo mujeriego empedernido con una táctica » a la antigua ». Guardia dinástico porque bisnieto y nieto de guardias civiles.
Para este trabajo Bevilacqua viaja a Cataluña acompañado por otros dos guardias: Virginia Chamorro, hoy en día toda una sargento y el joven guardia Arnau. En este tomo sabremos por fin lo que sucedió a Bevilacqua en Cataluña cuando trabajaba con Robles unos diez años atrás y sabremos también su historia sentimental con Anna a la cual aún añora, a pesar de los 10 años transcurridos.
También Rubén Bevilacqua evocará su pasado remoto, el matrimonio fugaz de sus padres (madre española y padre uruguayo) que lo hizo nacer junto al río de la Plata y cuya madre lo llevó de vuelta a España al cabo de sólo 7 años. Bevilacqua repugna a contar cada vez su historia a cada humano que se presenta y sufre que los humanos nacidos en la península ibérica trastoquen a cada ocasión, la pronunciación de su apellido de consonancia italiana.
Esta investigación se lleva a cabo en un país vapuleado duramente por la crisis con 50% de paro laboral juvenil, con 5 millones de desempleados y otros tantos con un empleo precario, un salario miserable o a las dos cosas a la vez.
Esta vez Bevilacqua no nos deslumbrará con sus alusiones culturales como en "
La niebla y la doncella", sino que nos mostrará su conocimiento del rock: tiene puesto en su teléfono una melodía de Freddie Mercury hasta que se harta de escucharla y la cambia por una melodía de
Johnny Cash, citándonos después a
Leonard Cohen…vaya hombre multifacético!
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