Jordi Sierra es una de los autores más prolíficos que yo haya leído. Y lo llevo haciendo desde hace muchos años, desde que empecé a leer prácticamente. Lo que descubrí más tarde es su pasión por el rock, al que ha dedicado parte de su ficción y sus ensayos. En esta "Banda sonora" (1993), Jordi Sierra nos habla de Vic, un chaval de 17 años que recurre a su padre al que no ha visto en cuatro años y músico de larga carrera no muy exitosa, para que medie con su madre y la convenza con dejarle cumplir su deseo. Dedicarse a la música. Es una novela más bien blanca, no entra demasiado en los pormenores del mundo de la música, aunque sí describe bien las relaciones entre los padres divorciados y Vic, así como con su novia Sonia. El autor destila amor por la música en cada página, no solo por los artistas que cita, si no también por el negocio y sus claroscuros. Es una buena novela de corte juvenil, poco intimista y que puede pecar de ligera, lo que no sea un motivo para dejar de leerla, especialmente si te gusta el "rollo", como es mi caso.
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