A veces la oscuridad que está más allá no tiene nada de gloriosa, es realmente una ausencia absoluta de luz. Una brea que te atrapa, te necesita, que tira de ti hacia abajo. Te ahogas, pero no [...]. Te roba la esperanza e incluso el recuerdo de la esperanza. Te hace pensar que siempre has sentido eso, y que no hay otro lugar al que ir más que abajo, donde lenta pero vorazmente digiere tu voluntad
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