Contra el tiempo

ha sido día de recopilar anécdotas, pues eso es lo que verdaderamente representan estos relatos , detalladamente aliñados para convertirlos en cuentos a través de la genialidad de Ana Maria Shua.

Me he encontrado sumergido en un domingo familiar rodeado de historias comunes debidamente acicaladas con la impronta de cada narrador, que traslapa su memoria con la ficción para entregar una deliciosa y satisfactoria cadena de cotilleos ( aunque todos provienen de la misma fuente, Shua) .

Me he sentido en confianza, pero no relajado, puesto que algunos relatos están cargados de tensión, por ejemplo y el que más me ha gustado es aquel que narra el periplo de todo neonato, disimulado tras… descúbrelo. Se llama Octavio, el invasor Me hizo, reír, tensionarme, emocionarme, y volver a vivir… porque recordar es volver a vivir .

Vida de perros, operacion de la nariz, la mujer herida.. son también excelentes, días de pesca y algunos otros escabrosos, ( como una buena madre, la revancha)

Un punto a favor, el prólogo de Samanta Schweblin. Y una platillo para saborear la entrevista a esta “ Vampiro de la vida “ . Que sigue escribiendo …PORQUE SE LE DA LA GANA…