5 centímetros por segundo

Primero vi la película, hace ya algún tiempo, y me quedé realmente enamorada de su historia. Para ser dos adolescentes de 13 años, son más maduros de lo que aparentan. Viven el amor a tan temprana edad, pero como sí ya fueran dos adultos, con sus años curtidos. Sobre todo lo notas cuando ambos tienen que decirse adiós definitivamente, en silencio, con la mirada perdida en el otro.

Es muy doloroso y muy maduro al mismo tiempo. No se hacen daño, se van alejando poco a poco, pero se desean lo mejor con afectuosas palabras de amor.

He disfrutado hasta la última página de este libro. Es verdad que también he tardado más de lo habitual en leerlo, ya que la historia en tramos no me dejaba seguir. Era como sí quisiese que me quedase un rato más entre sus páginas, advirtiéndome que lo siguiente que ocurriría iba a ser doloroso.

Sin duda, no te esperas para nada esta novela tras ver la película. Es una historia con un vocabulario muy curtido y preciso, que describe sin duda todas las emociones y los pensamientos de los protagonistas a la perfección. Mejor dicho, tiene una traducción muy bien echa, ya que los japoneses tienen una palabra muy concreta para cada sensación o emoción.

Hace bastante hincapié en la descripción del entorno, de como viven los personajes y en como se sienten en cada momento. Personalmente, me encanta. No es para nada una historia que gira entorno a la propia acción que desenvuelven los personajes, sino que, parece darle mucha más importancia a las pequeñas cosas que hay alrededor de ellos.

En mi opinión, el eje principal son los árboles de cerezo.

Te quedas hipnotizado con esta lectura, cuando te das cuenta ya te has devorado buena parte de la historia. Insisto en que yo he tardado más de lo esperado, pero sin duda, esta lectura no es tan larga como para tardar más de una semana en leerla.

Tratando el tema de los personajes: Takaki y Akari son puro amor. Maduran con pasos agigantados, sufren en silencio y recuerdan en las penumbras. Sin duda, Takaki es mi personaje preferido, dejando de lado el echo de que la historia gira sobre él.
Gracias a ello, podemos conocer su evolución personal. Comienza siendo un niño enamorado de su mejor amiga, asciende a una adolescencia silenciosa que le mata por dentro al no poder corresponder los sentimientos de una chica a la que aprecia mucho, y luego comienza a caminar en una etapa de su vida donde las mujeres le hacen ver en lo que se ha convertido, que no es lo que deseaba ser.

Sin duda es una historia muy especial.

En el otro extremo está Akari, la pequeña amante de los árboles de cerezo. Es una niña enamoradiza que se va a convertir en una mujer adulta madura y fuerte de corazón. Es un personaje al que coges cariño enseguida y en el momento que escuchas que ella no ha esperado a Takaki...te duele.

Ninguno de los dos ha esperado al otro. Han avanzado, pero con una brecha en el corazón que se abre más cuando revuelven entre los escombros del pasado.

Ese es uno de los puntos que más me gustan de esta historia, a mi pesar; los personajes no se esperan, no intentan buscar entre la gente aquella mano sanadora de su amado. Viven, y cuando se reencuentran, los corazones vuelven a latir, pero por otras personas.

Me parece una historia conmovedora de la que deberíamos aprender, ya que nos enseña a no agarrar a una persona que se ha ido, sino a dejarla libre.

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