El jardín de primavera

Aunque nunca le habían dicho que se parecía a su padre, era posible que los huesos los hubiera heredado de él.

Hasta entonces solo había visto árboles en las calles, en los parques o en las montañas, a lo lejos. Así pues, le sorprendía ver las cuatro estaciones en un único jardín.

El tiempo, que se había detenido mientras la casa estaba vacía, ahora se movía de nuevo. La estructura en sí era exactamente la misma que había sido hace una semana cuando no había nadie en ella y, sin embargo, sus colores, la sensación del lugar, ahora eran completamente diferentes.