El diablo viste de negro

L. J. Shen nos vuelve a sorprender con una comedia romántica de lo más divertida en la que aprovecha que los estilismos y la vocación de sus personajes para darle el título a su novela.

Por un lado, El diablo, Chase el futuro jefazo que siempre viste negro, y Maddie, la divertidísima a la que las modas no le van y que viste siempre como quiere y diseña trajes de novia. Un acierto la portada, y por supuesto, una boda de por medio.

Una comedia de enemies to lovers que ya desde el principio quedan las cosas claras, pero cuanto más claras quedan más oscuras se vuelven.

A mi la narrativa de la autora me fascina y son los que más disfruto al salir de mi zona del confort del thriller y saca mi parte más romántica.

Lo que más me ha gustado es que las escenas de sexo se han dulcificado, no es que no las haya, puesto que el libro sigue siendo NO APTO PARA MENORES, aunque sería debatible. Pero hay mucho amor y deseo puesto en ellas por lo que son necesarias, vamos que yo estaba deseando que pasaran. Estás las justas y necesarias sin llegar a la ordinariez.

Su escritura es muy amena, ligera, narrada en primera persona por ambos protagonistas más o menos repartidos en capítulos alternos [que es mi forma favorita de narración en este tipo de lecturas] e imagino que mucho habrá tenido que ver la traductora Azahara Martín Santamaría de la que muy pocas veces nos acordamos, los traductores.

La trama da muchos giros, hace que no sepas realmente en qué momento hay acercamiento o no, porque ambos personajes han evolucionado en el tiempo, quizás mucho más Maddie.

Es una novela donde se pone mucho de manifiesto la importancia de la familia, y me ha gustado los valores que la autora ha sabido darle en todo momento.

Una novela de segundas oportunidades que puede o no, salir bien cuando es el mismísimo diablo con el que se juega.
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