Escrita entre 1598 y 1599 esta obra se desarrolla en Italia y tiene un doble hilo argumental conducido por sendas parejas. Benedicto y Beatriz son muy inteligentes y se divierten usando sus afiladas lenguas para mofarse el uno del otro. Ambos juran que jamás caerán en las redes del amor y se desprecian mutuamente. Los enamorados Claudio y Hera serán víctimas de una calumnia que desembocará en una fingida muerte. Esta treta, urdida por un fraile, nos recuerda a "Romeo y Julieta". Por suerte, esta obra no es un drama sino una comedia en la que Shakespeare nos muestra que el amor puede vencer no solo los peores obstáculos, sino también a las mentes más obstinadas. |
A punto de cumplirse 10 años de la abdicación del rey emérito, las librerías se atiborran de libros sobre su auge y caída.
La vida del rey Juan Carlos sigue siendo una fuente inagotable de biografías, ensayos y análisis. ¿Por qué? La respuesta podría estar en las obras de William Shakespeare. Las hazañas y vilezas del rey emérito tienen los elementos de una tragedia shakesperiana, la fuerza de un drama isabelino que no nos cansamos de contar, de leer y de releer: un príncipe sin corona que sacrifica todo (incluido a su propio padre) para reinar y que, cegado por la codicia, termina perdiendo el trono y pasa sus últimos años de vida vagando por el desierto.
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