Siento que cuando reseño a Shakespeare me vuelvo repetitiva. Cada obra es interesante, única, atrapante… Y sí, “desopilante” también, sobre todo si tomamos en cuenta que hasta en las tragedias hay escenas en donde los payasos de la obra hacen de las suyas. The Tempest es un entrecruce definitivo (digo "definitivo" porque recuerdo lo que sucede en Hamlet, por ejemplo) entre la realidad de una Corte y lo sobrenatural que interrumpe. En este caso, la magia es crucial. Todo ocurre en una isla. Hay un barco que naufraga por culpa de una tormenta que no se desató naturalmente, sino que fue conjurada por un mago llamado Prospero, que habita la ya mencionada isla junto con su hija Miranda, el esclavo Caliban y otros seres curiosos. Prospero tiene un particular interés por un grupo de los tripulantes del barco, formado por el rey de Nápoles y el duque de Milán, entre otros. Los motivos no los contaré, a pesar de que se dan al principio, porque la explicación que da el propio hechicero es muy linda. Deja varios temas para pensar, como la condición de Caliban, el poder, el amor y la renuncia. No se tratan de la misma manera en todas las obras de Shakespeare, según mi parecer, y se nota que es una de las últimas que creó. El lenguaje tiene mucho peso, al igual que las acciones en sí mismas. Los personajes (que son quienes las llevan a cabo, a veces involuntariamente) de The Tempest pueden no caer bien, pero se prestan para el análisis y a mí me encanta todo aquello que me dé algo para hablar. Me hubiera gustado la presencia de más personajes femeninos, aunque debo reconocer que el contraste entre Miranda y Sycorax resulta de lo más interesante. Y si en esta calificación falta una estrella, la culpa es de algunos personajes con interacciones que no me causaron gracia (y creo que hasta sobraban…) y de un argumento que no me fascinó del todo. Una relectura podría servir. The Tempest se reúne con otras obras de Shakespeare en el pedestal de las mejores, pero confieso que, de las que leí este año, me gustaron más Julius Caesar y Hamlet. Aun así, cumplió con mis expectativas. Después de la relectura tuve que agregar una estrella a la calificación porque me gustó muchísimo más que antes. Puede que no sea perfecta o maree con sus personajes (algunos no sé ni para qué están), pero no me importó. + Leer más |
A punto de cumplirse 10 años de la abdicación del rey emérito, las librerías se atiborran de libros sobre su auge y caída.
La vida del rey Juan Carlos sigue siendo una fuente inagotable de biografías, ensayos y análisis. ¿Por qué? La respuesta podría estar en las obras de William Shakespeare. Las hazañas y vilezas del rey emérito tienen los elementos de una tragedia shakesperiana, la fuerza de un drama isabelino que no nos cansamos de contar, de leer y de releer: un príncipe sin corona que sacrifica todo (incluido a su propio padre) para reinar y que, cegado por la codicia, termina perdiendo el trono y pasa sus últimos años de vida vagando por el desierto.
Suscríbete a nuestro canal: youtube.com/@elpais
Visita http://elpais.com
Más vídeos de EL PAÍS: youtube.com/@elpais/videos
Síguenos en Facebook: https://www.facebook.com/elpais
Twitter: https://twitter.com/el_pais
Instagram: https://www.instagram.com/el_pais
#reyjuancarlos #monarquia #españa #rey #casareal