Después de muchos años vuelvo a leer un libro epistolar y mientras pasaba las páginas, solo podía pensar “Ay, me estoy enamorando” … no teman, una vez que se comienza la historia nos llena tanto, que uno se olvida del género narrativo y solo pide que sea infinita.
Amor, amor, amor, amistad, nazismo, supervivencia y amor encontramos en esta deliciosa novela. Cartas van y cartas vienen y nos cuentan de risas, de lágrimas, de encuentros y separaciones, de vida y muerte, de horrores, de cómo estos extraños compañeros de viaje se reinventaron.
Esta historia tiene raíces profundas, nos habla de la capacidad humana de hacer brillar la luz en la más absoluta obscuridad, como hizo Julia con “Izzy Bickerstaff va a la guerra”, como Elizabeth amó al hombre y el fruto de ese amor fue perfecto, como Eli fue valiente y buen chico, como Amelia y Eban perdieron y vivieron para ayudar a superar el dolor a los que le rodeaban. Como la literatura los salvo a todos, acogiéndolos bajo su manto de estrellas, con personajes locos, malhumorados y maleducados, enseñándoles a conquistar viudas solitarias, mostrándole que la amistad es lo más sublime, dándole el poder de volar y evadirse de una realidad que mata el alma de a poco.
Un pastel de cáscara de patatas, sin grasa y con harina negra nunca llegará a ser manjar, pero cuando es lo único que se tiene y se comparte forma un vínculo indisoluble.
La isla de Guernsey es un personaje más, y que historia nos cuenta...
Mary Ann Shaffer y, después dando voz a esta,
Annie Barrows, nos narran la historia de la joven Julia, periodista y escritora en el Londres de la postguerra, Julia es ingeniosa, ocurrente, irradia vitalidad y todo el que la rodea se siente irresistiblemente atraído. Dawaey es el hombre más sencillo que he conocido y de un corazón tan grande que no le cabe en el pecho, repara el techo de un Hotel y le da de comer a los cerdos, también hace que se borren los días grises de un campo de exterminio.
Elizabeth es el imán que los une a todos, es incluso de lejos la razón por la que seguir adelante y esperar el amanecer de cada día.
Mi personaje preferido es ISOLA, la amas y la amas, con ella no hay términos medios. Creo haber pasado la mejor temporada con ella en su casa, revolviendo la olla con esos brebajes misteriosos que es mejor no preguntar y menos aventurarse a tomar, me parece sentir su abrazo y todo su cariño, ah esas interminables conversaciones hasta entrada la noche, el olor a brisa fresca de mar, a hierba recién cortada, a libertad… Isola tiene remedios para todo en su puesto del mercado, nada se le resiste a su ingenio, es la persona que quieres tener cerca después de una jornada difícil.
Sidney, Shophi los amigos que se convierten en familia.
Yo también quisiera quedarme a Kit ;)
Mi muy buena amiga me dice “no te quedaste con deseos de más”, ¡eso obvio!, pero quizás con un golpe lo suficientemente fuerte en la cabeza, logro la amnesia y viendo el Post-it: “Libros a leer”, pueda revivir la emoción de la primera vez con “La sociedad literaria y del pastel de cáscara de papa de Guernsey”.