Crisis

Los que leemos libros muchas veces pensamos para nosotros, "gracias a tal libro por cruzarse en mi camino". Yo hoy puedo decir esto de Crisis (de Ansiedad)
Tengo que decir que una vez termine y disfrute del libro sabía muy bien como podía hablar de él y con respecto a Juanjo Sáez ha sido todo un placer poder conocerlo en persona, un chico que por su humanidad me dejó huella, un nuevo autor que me ha marcado el conocerlo y al que añadir la conversación con él al cajón de los buenos recuerdos y mejores momentos.

El libro bien podría diferenciarse en dos partes, por una parte es una recopilación de viñetas que el diario catalán ARA le mandó realizar a razón de una diaria y nuestro protagonista estuvo manos a la obra dos años y medio., La otra parte son tres pequeñas historias personales sobre su familia y sus circunstancias personales que Juanjo nos cuenta a modo de confidencia y pecho descubierto, sin tapujos y que sirven para contextualizar un poco las viñetas. Tres testimonios desgarradores sobre la enfermedad de su madre, la depresión que el autor sufrió, la injusticia que cometieron con su padre y que convirtió su vida en un pequeño infierno, una historia que podría ser la de muchos personas en estos tiempos de crisis y que se leen sin levantar los ojos de sus párrafos porque nunca la vida misma fue narrada tan simple y tan directa como lo hace el autor, no busca palabras educadas ni bonitas, simplemente escupe su rabia de una manera que llega al corazón y despierta conciencias... a menos que estés muert@.

Creo que esa misma naturalidad es lo que hace que ante nosotros tengamos una pequeña obra de arte porque con un diseño muy personal (su propia letras, tachones, insultos, frases olvidadas guiadas con flechas hasta donde debieran estar) Juanjo al más puro estilo mensaje callejero nos muestra sus reflexiones, unas ideas que son las de much@s pero que a lo mejor no nos paramos a analizar hasta que alguien nos la muestra en una viñetas. No es un libro que se lea rápido, un simple vistazo a una viñeta y a pasar página, es mucho más, son nuestras propias experiencias mostradas por otros a modo de fotogramas y sirve para detener el tiempo y colocar esta o aquella viñeta en un momento determinado de nuestra vida. En algunas ocasiones a mi me ha llevado al pasado delante de un pupitre de instituto o de un banco de la universidad leyendo lo que yo llamo frases lapidarias escritas a boli sobre un lienzo diario porque si no lo asimilabas alguien lo limpiaría hasta que los pensamientos volvieran con el tiempo a poblar esos espacios dedicados al grito anónimo.
Si el dicho popular dice que una imagen vale más que mil palabras, muchas de las viñetas de Juanjo Saéz en su libro no podrían contarse, demoledoras, directas, reflexivas y cargadas de cinismo, crítica, protesta y muchos calificativos más del que quiere buscar una vía de escape a tanto pesimismo en un tiempo donde la crisis se ha agarrado a nuestras vidas haciendo de ella algo cotidiano con lo que convivimos. El autor con sus dibujos sólo busca combatir esa pasividad mostrándonos el lado más negativo de la sociedad, de los protagonistas que a fin de cuentas manejan nuestras vidas puestas en sus manos por nosotros mismos.
Con sus viñetas lloraremos, reiremos, nos indignaremos y según nos toque nos provocaran diversas sensaciones y eso es un logro porque sus dibujos sencillos y sus mensajes cortos dan directamente en el clavo con ironía, con mensajes encubiertos que muestran la realidad de la sociedad, de los banqueros, de las esperanzas de las personas, la monarquía, los políticos.
Con este libro creo que tengo un tesoro porque Juanjo Sáez nos muestra la manera de espolearnos a través de sus viñetas pesimistas, cargadas de mensajes sobre lo que nos rodea y lo parece que no tiene solución. Sin lugar a dudas es un libro que guardaré con mucho cariño y que volveré a releer en los momentos en los que las circunstancias de la vida crea que me van a empezar a superar, porque te enseña que no se puede dejar de luchar y que por muy mal que uno este siempre, lo nuestro comparado con lo de otros es simple calderilla y ellos no han tirado la toalla.
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