El albergue de las mujeres tristes

El albergue de las mujeres tristes de Marcela Serrano va a cumplir, el próximo mes, 26 años de publicado. Es un detalle que hay que tener presente a la hora de leerlo.
Es una historia de amor entre dos personas "rotas" que se ambienta en un pequeño pueblito de la isla de Chiloé (Chile). Allí funciona un albergue para mujeres enfermas del "desamor". Este contexto se trae el debate sobre el feminismo y la equidad que atravesó y atraviesa la sociedad chilena desde finales del siglo pasado.
Hombres y mujeres se retuercen y se reacomodan en un nuevo contexto de relaciones interpersonales, porque los "viejos códigos del amor ya no sirven, y los hombres no han dado, o nosotras mismas, no hemos dado con los nuevos..."
Pero, esos códigos se construirán sobre nuevas bases, porque... "Es que las mujeres [...] ya no quieren ser madres de sus hombres... y tampoco quieren ser sus hijas... Aspiran a construir relaciones de igualdad que sean compatibles con el afecto."
Amenazadas las viejas relaciones de amor/poder/sometimiento, la independencia de las mujeres ha generado un "desamor" mutuo. de ahí, el dilema del fin de Siglo, "el desencuentro entre los dos sexos."
El diálogo entre las mujeres del albergue y los dos "enamorados" permite ver las diferentes realidades de hombres y mujeres que buscan vencer ese "desamor" y superar las viejas costumbres.
Es un libro interesante, bien escrito pero que a mi se me hizo lánguido en algunos pasajes.
¡Qué lo disfruten!

Hubo dos momentos concretos que estuve a punto de abandonar el libro, curiosamente los dos son de cierto tufo machirulo disfrazado de modernidad y cosas como "ay, pobres, no saben que hacer con nosotras ahora que estamos liberadas" o " que mala debió ser para que la pegaras"... en fin, ojos en blanco y dudas de seguir o no. No os perdeis demasiado. Una historia de ¿amor? en mitad de un duelo sin mucho sentido, porque ni se profundiza en el duelo ni se entiende la historia extraña de Floriana... Podía no haberlo leído y me hubiera quedado igual. Os recomendaría no perder el tiempo, lo más bonito y atrayente que tiene es el título. No espereis empoderamiento o crecimiento interior... es lo mismo de siempre con un disfraz que cae al poco de rascar. Decepcionante.