El color de los sueños

Una novela simpática, sencilla y un tanto triste pero con muchos mensajes para ofrecer.Las novelas históricas nunca fueron mi prioridad, pero cuando leí los primeros capítulos de esta novela me quedé enganchado. No tanto por la historia en sí, sino por la sencillez con la que estaba narrada y con el ritmo dinámico que tenía. Cada párrafo, cada capítulo, la historia avanza sin cesar, no se detiene y no tiene momentos de relleno.Y lo más loco es que, al final del libro, no se trata de la historia en sí, sino de lo que quiere transmitir. En pocas palabras, y por más que suene cursi y cheesy, esta novela incita a que persigas tus sueños, que tengas fe en vos mismo y que, si bien las cosas nunca llegan del modo en que vos querías, en algún momento llegan.Los personajes son demasiados queribles, todos. Bueno, excepto la madre de Jo, que me enervaba cada vez que aparecía en escena. Pero Willie, por ejemplo, es un personaje estupendo. Y la protagonista, Jo, es una de esas personas de las que me gustaría ser amigo.La prosa no es para nada densa ni descriptiva como suelen ser la mayoría de las novelas históricas. Está narrada en primera persona y abundan los dialogos; esto lo hace muy llevadero y entretenido.En fin, esta novela fue una grata compañía en estos días de lluvia y a pesar de que tiene sus momentos tristes, la fortaleza y optimismo de la protagonista te dejan una sensación de alivio y bienestar. Me gustaría mucho que hicieran una película, creo que podrían sacar provecho de la historia.