Hija única

Seon-gyeong es una psicóloga criminal que se encuentra en un momento cumbre de su carrera. de forma inesperada, recibe una llamada que la avisa de que Lee Byeong-do, un asesino en serie condenado a pena de muerte, quiere entrevistarse con ella. Pero, ¿de qué la conoce? ¿Qué querrá de ella?

Mientras acude a las citas penitenciarias con Lee Byeong-do, otro suceso, esta vez a nivel personal, sacudirá su vida. La hija de su marido Jae-seong, Ha-yeong, se muda con ellos tras un incendio que acaba con la vida de sus abuelos, con quienes vivía. La niña, de 11 años y actitud reservada, no se lo pondrá fácil a su madrastra que, a todas luces, intentará establecer un vínculo con la pequeña.

Seon-gyeong se enfrentará a numerosos dilemas cuando, después de varias entrevistas con Lee Byeong-do, detecte ciertas similitudes con respecto a Ha-yeong. ¿Significará eso que la niña es una asesina en ciernes? Y, si ese fuera el caso, ¿estaría a tiempo de impedir que su destino siguiera ese curso?

Ambos víctimas de una relación tortuosa con sus madres, Lee Byeong-do y Ha-yeong representan las dos caras de una misma moneda: uno ya perdido frente a sus instintos y el otro en camino de estarlo. ¿Supondrá Seon-gyeong un punto de inflexión en este proceso?

Hija única es una novela compuesta por 33 capítulos cortos estructurados en cuatro partes.

Escrito en tercera persona y en pasado, se narra el presente con algún que otro flashback. Conforme va avanzando la historia se intercalan diferentes perspectivas (Seon-yeong, Ha-yeong o Lee Byeong-do), aunque la que predomina es la de Seon-yeong. Por la particularidad de cada personaje, es muy interesante ver el mundo desde sus ojos y es más fácil entender el por qué de su comportamiento, aunque no por ello se empatiza con ellos.


El ritmo es bastante constante y la tensión no llega a construirse bien del todo, lo que hace que, para ser un libro de este género, se quede un poco corto en cuanto a este aspecto. Sí hay algún momento en el que se genera mucha expectación, pero en mi caso no me dejó sin respiración.

A la pluma, bastante sencilla y amena, le ha faltado más intimismo y profundidad en algunas ocasiones. La historia exigía detenerse más en la psicología de los personajes, pero esa parte ha quedado un poco superficial para mi gusto.

La trama me ha gustado bastante y era lo que prometía la premisa.

Me han encantado las abundantes reflexiones acerca de si los asesinos nacen así o lo crean las circunstancias. Además, es de lo más interesante cómo indaga en los traumas infantiles y cómo estos van tejiendo la personalidad de una persona, llegando incluso a determinar su futuro.

Ahora bien, ¿son las circunstancias suficientes como para convertir a una persona en un monstruo o hay libertad en nuestros actos? ¿Se elige ser un asesino o esta condición la determinan nuestras vivencias?

La figura de la madre y su importancia en el desarrollo psicosocial de una persona es también un punto clave de Hija única. El cómo la figura materna nos trata y se dirige a nosotros influirá enormemente en la persona en la que nos convertiremos, pues si quien nos tiene que brindar seguridad y afecto no nos los proporciona, eso afectará a nuestra percepción del mundo y de nosotros mismos. Por ponerme pejiguera, me hubiese gustado que se hablara en el libro del apego, pues venía mucho al caso y hubiese sido muy interesante ver el enfoque que le da la protagonista en la historia.

Así como he dicho que durante la historia el ritmo no es trepidante, el final sí lo es y deja una muy buena sensación de boca. Podría parecer precipitado pero para mí es el desenlace perfecto para la novela.

Los personajes, para el tipo de carácter que pretendía perfilar la autora, se me han quedado sosos y sin garra. Creo que se podría haber sacado más partido a Lee Byeong-do y a Hak-yeong.

Seon-gyeong me ha gustado como voz principal de la novela. Aunque a veces hubiese deseado entender más su hilo de pensamiento —llega a conclusiones de forma espontánea y no procesándolas de forma natural—, su forma de actuar y sus ganas de ayudar a Ha-kyeong me han hecho empatizar mucho con ella. El personaje más humano y real de la historia, sin lugar a dudas.

En cuanto a Lee Byeong-do y Hak-yeong me esperaba más. Sus historias son desgarradoras y estremecen muchísimo, pero me ha faltado que dieran más mal rollo, que sus personajes generaran expectación y tensión. Si hubiese sido así, la novela hubiese mejorado mucho, pues ellos son la clave de la historia.

Los personajes secundarios no aportan gran cosa, y el padre de la niña, Jae-seong tiene un protagonismo estelar cuando debería ser también una figura importante del relato.

En definitiva... Una interesante historia sobre la naturaleza de los asesinos y cómo llegan a convertirse en lo que son. Destacan en la novela las abundantes reflexiones acerca de este proceso, aunque la pluma de la autora peca de sencillez, exigiendo la trama más intimismo y profundidad. Recomendable para personas a las que les gusta indagar en la psicología de los psicópatas pero son, a su vez, sensibles ante estas temáticas. En este caso los personajes no llegan a asustar ni generar demasiada desazón, así que es perfecto para pasar de puntillas sobre el tema sin sentirse intranquilo después.
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