Los ritos del agua

Quiero expresar tanto disgusto hacia esta historia que:

-Ni sé por dónde empezar y

-A varios días de haber terminado, aún sigo desconcertada.

Empezando por Unai y terminando por Unai.

¿En serio mijo? ¿Dónde quedó el machoman del primer libro? ¿El todo poderoso y mejor perfilador criminal de la ciudad?

¡Lo que ví fue a el policía más lerdo que he leído en la vida! ¡Te quedaste mudo no idiota!

En fin, la historia: La autora sigue sorprendiéndonos con una buena documentación de los ritos (de los que no tenía la más mínima idea) y de los lugares mencionados (de los cuales Vitoria sigue siendo la única ciudad que he visitado pero ¿qué más da?) Me gustó cómo desarrolló al malo de la historia, el poder de convencimiento tan flipante que tiene, su aura, todo. No me enamoré de él porque estaba demasiado pendiente a las estupideces del inspector. En serio.

De ahí a mencionar a Estíbaliz, que hizo más haciendo nada, Alba, la “ni contigo ni sin ti” otra sensiblera que tampoco hizo nada y los demás, bueno, bien y ya. La historia fue tipo “meh”

Ya en modo serio: ¿Qué le pasó a Unai en este segundo libro? Ok, entiendo que puedan ocurrirle mil desgracias a una persona porque la vida es así, muy cabrona, pero ¿Tenía que ser el centro de todo? ¡Qué agobio!
Aquí vi a un Unai despistado, sensiblero, ingenuo, bravucón (para lo que le convenía) y no sé qué más poner.

¿Y el final? ¿En serio pretendes que me crea eso? No sólo fue un final precipitado, sino absurdo y aburrido.

Me gustó más el primer libro por todo lo que no vi en este. En este libro vi un crimen pasable con un final lamentable.

No estoy segura de leer el tercer libro, temo encontrarme a Unai más imbécil que en este segundo libro.