Los ritos del agua

Considero que esta entrega ha repetido la fórmula que tan bien le funcionó en el pasado, esto no es del todo malo porque la intensidad se ha mantenido, me enganchó con facilidad y fue una lectura ágil. Sin embargo se me hizo predecible, ya no hubo ninguna sorpresa y mi sospechoso fue el mismo, acerté desde el principio.

Con respecto a Kraken tengo sentimientos encontrados, por un lado le tomé cariño por su forma de ser, también por su abuelo que sin dudas se roba el show y me encantaría que tuviera su propia historia por todo el misticismo que lo rodea. Pero por otro me desespera porque es muy lento para captar las cosas, no averigua nada, no lo considero un buen perfilador y no está a la altura de las circunstancias como investigador; el lector va un par de pasos por delante.

En el presente se dan los crímenes rituales, aunque pienso que se explora más la vida personal de los protagonistas, ahonda en los miedos de Unai, en su pasado y como se ve afectada su relación con Alba debido al cariz de los asesinatos. Nuevamente la parte amorosa me sobró, insisto en que es totalmente innecesaria y desvía mucho la atención del misterio.

Resalto nuevamente el gran trabajo de documentación que hace la autora, no solo logra transportarnos nuevamente a Vitoria sino a lugares que son importantes como Cantabria, Santillana y Fontibre. Eva es muy descriptiva con respecto a la ambientación, da muchos detalles para que sea fácil imaginarnos cada sitio y esta vez, en ningún momento se me hizo pesada esta información. Además toda la parte mitológica me gustó mucho, la encajó muy bien en cuanto a la motivación del culpable y la manera en que la utilizó para dar ese "castigo".

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