Me enfrenté a La tesis de Nancy con cierta inseguridad. Normalmente me cuesta encontrar autores españoles que me entusiasmen (más allá de Delibes). Sin embargo, en las primeras hojas, Nancy me engatusó. Era un personaje divertidísimo y bastante fanfarrona, que se hace imposible no amar. La historia gira en torno a un chica americana, Nancy, que viaja a nuestro país con la intención de hacer una tesis sobre Andalucía, y más especialmente, sobre la etnia gitana. Allí conocerá a diferentes personajes y comenzará una relación con Curro, un gitano, del que cae rendida a sus pies. Lo más interesante del libro sin lugar a dudas es la crítica. La crítica a todo. Porque aunque a priori pudiera parecer una crítica al machismo andaluz de la época, que también, no es sólo eso. Es una crítica a ser víctima de las costumbres. A que la superstición guíe tu vida. Y, principalmente y sobre todo, al machismo. al machismo de la época, que fácilmente se puede trasladar al actual. Cuestiones como una mujer andando sola de noche, o una mujer hablando con otro hombre, o una mujer saliendo de casa sin un hombre,... Todo era reprochable. Lamentablemente, estas ideas perduran en la actualidad. A través del personaje de Nancy, vemos como pasa de ser una mujer independiente y fuerte con una misión en su mente a dejarse influenciar y hacer tambalear su propia identidad gracias a una serie de personajes masculinos todos interesados en la misma cosa. Su físico. Única y exclusivamente su cuerpo. Aunque, la parte que más me engachó, fue el humor. Nancy pasa de un malentendido a otro, a causa de las lagunas entre diferentes idiomas y confunde conceptos totalmente opuestos. Y esto da pie a situaciones realmente divertidas. A veces, no podía parar de reir. Y eso pocas veces me pasa. En fin, que me ha gustado mucho Nancy. Si no se ha llevado más nota, es porque en cierto momento, se tornó algo repetitiva y porque el desenlace fue algo brusco e insatisfactorio. Sé que es una saga de libros, pero no justifica dejar un final tan brusco y cogido por las puntas. Leeré más de Sender, sin duda. + Leer más |
Ramón J. Sender (1901-1982) fue consciente, y así lo escribió en su libro Memorias bisiestas (1981), de la imposibilidad de agotar la realidad en que vivimos, a pesar de todos los intentos por convertirla en tema de permanente análisis y reflexión; no obstante, desplegó una obra ingente y variada a lo largo de más de sesenta años de incesante escritura.
Entre los más de cien libros publicados por Sender, han quedado varios que han de ser apreciados como verdaderas obras maestras. La literatura española del siglo xx difícilmente podría entenderse sin creaciones como «Réquiem por un campesino español», «Imán», «Siete domingos rojos», «Míster Witt en el Cantón», «El lugar de un hombre», «Crónica del alba», «El rey y la reina», «Monte Odina», entre otros.
La exposición Ramón J. Sender. Memoria bisiesta homenajea el cuarenta aniversario de la muerte del polifacético autor oscense, a la vez que pone de relieve la vigencia de su obra: buena parte de los grandes asuntos que abordó —la necesidad de definir el mal, la cambiante condición del ser humano, las siempre enigmáticas relaciones entre el individuo y el mundo, la depravación que supone la guerra— mantienen plena y renovada actualidad.
La muestra nos conduce a través de un viaje cronológico y temático que recorre la obra y vida del autor con nueve paradas: «Primeras inquietudes (1901-1922)», «Marruecos y España (1923) », «En Madrid (1924-1929)», «Tiempo de militancia (1930-1935)», «Contraataque (1936-1939)», «Exilio (1939-1982)», «Sender hoy», «Correspondencia» y «Sender pintor».
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