Lengua de pájaros

Desde tiempos inmemoriales los druidas han protegido nuestro mundo de aquello que mora más allá, en el Mundo Borroso, seres obsesionados con los humanos que tratan de romper el fino velo que separa su mundo del nuestro.
Abel, un niño de un pueblecito de Galicia, siempre ha se ha sentido como si no perteneciera a ese lugar, pasando sus días en soledad en el bosque hasta que conoce a Tania, una chica con heridas muy profundas. Así, con la ayuda de su amiga explorará los secretos que oculta Arbientes, encontrándose con seres aterradores y con extrañas personas cuya misión es protegernos de éstos…

De la mano de Abel nos introducimos en una ambientación oscura, en la que le acompañaremos en su día a día sabiendo que es diferente a los demás y que incluso su madre parece pensar de esa manera… Abel se considera el rey del bosque que limita con su casa, así que pasa los días allí, imaginando aventuras sacadas de los libros que tanto ama y que le han acompañado durante toda su vida, pero el día de su cumpleaños cambiará todo; mostrando a nuestro protagonista que sus fantasías no lo son tanto… y que pueden llegar a ser más terroríficas de lo que pensaba.

He disfrutado mucho con la lectura de este libro. El autor crea una historia a caballo entre la fantasía y el terror que te mantiene en vilo hasta el final. Sus protagonistas son niños, pero nos relatan una historia cruda, en la que las leyendas y mitología gallegas son más oscuras de lo que pueden parecer en un primer momento.
Me ha gustado cómo el autor introduce seres de esta mitología en la historia y la forma sutil en la que nos explica en qué consiste cada figura y los peligros que entrañan; así como la ambientación que nos trae, que consigue que “veas” los acantilados y el mar gallego, el Castro, el bosque… Te parece estar paseando de la mano de Abel por estos lugares, pero siempre con una nube tormentosa por encima, porque eres consciente durante la lectura de que algo va mal, de que hay peligro acechando.

Me ha parecido como un cuento de hadas oscuro y crudo, donde no existen los finales felices a los que estamos acostumbrados… Y hablando de esto, me gustaría mencionar que me ha encantado la dualidad que encontramos en esta historia, ya que nos encontramos con dos entornos que se superponen: por un lado tenemos la realidad, donde Abel y Tania son dos niños heridos, que sufren mucho y se refugian en ellos mismos y en el bosque; y por otro lado tenemos la fantasía, donde encontramos leyendas, druidas, brujas, mitología… todo esto en un tono oscuro que te mantiene en tensión.

También me ha dado bastante en qué pensar el final de la historia… nos hablan de monstruos, de seres de pesadilla… pero, ¿quién es realmente el monstruo en esta historia? No avanzaré más en esta idea porque no quiero entrar en spoilers, creo que es mejor que lo leáis y extraigáis vuestras propias conclusiones a este respecto.

Otro de los elementos que he disfrutado mucho es el de las referencias a cuentos clásicos que incluye el autor; encontramos menciones a Peter Pan, Alicia en el País de las Maravillas, Narnia... y yo siempre disfruto de este tipo de referencias en las historias, así que me ha sorprendido gratamente este uso de los cuentos clásicos de fantasía y mundos mágicos.

En cuanto a la pluma del autor, debo decir que me ha gustado bastante, narra de forma muy clara, sin entrar en redundancias, siendo de este modo una lectura muy ágil. Además, y como he dicho antes, me han gustado sus descripciones y ambientación, ya que te traslada directamente a Arbientes y puedes ver con claridad los emplazamientos de la historia, así como los elementos fantásticos.

Para terminar, la edición me ha parecido muy buena, no esperaba que fuera en tapa dura y eso es un plus; y también me ha gustado el detalle de las cartas que incluye el libro que, no os diré nada, pero tienen bastante que ver con la historia, así que tendréis que descubrirlo por vuestra cuenta.

En general, una historia muy bien narrada, que nos transporta a una Galicia mágica y oscura, llena de seres extraordinarios y de personas heridas, que sufren, que cometen errores y que, a fin de cuentas, viven. Si os gusta la fantasía con toques oscuros que se superpone a la realidad, este libro es para vosotros, así que os animo a darle una oportunidad.

“Lengua de pájaros” de Víctor Sellés es un libro de fantasía oscura y terror.

La historia se desarrolla en un pequeño pueblo de la costa gallega. Está narrado en tercera persona, desde el punto de vista de varios personajes.

Uno de los protagonistas es Abel, un niño con parálisis muscular al que sus compañeros de clase acosan. Para evadirse de esto, Abel pasa las horas leyendo e inventándose historias en el bosque. Allí conoce a una chica llamada Tania, que también huye de sus problemas en casa. A partir de aquí la ambientación se va volviendo más oscura a medida que avanza el libro. Los dos niños exploran juntos el bosque y descubren que los mundos mágicos de los que se habla en Peter Pan, Alicia en el País de las Maravillas o Narnia son reales, pero más siniestros de lo que pensaban.

Víctor Sellés nos sumerge de lleno en dos mundos: lo real y lo fantástico. En el mundo normal tenemos a Abel y Tania, niños heridos que pasarán las horas escondiéndose de sus problemas; y en el mundo de los druidas están los druidas, enlaces y brujas que luchan por proteger nuestro mundo del Mundo Borroso, una dimensión paralela donde viven criaturas peligrosas y que es mejor que siga permaneciendo oculta.

Es un libro que me ha gustado muchísimo. Está lleno de referencias a mitos, historias y cuentos clásicos. Se habla de brujas, druidas, fuegos fatuos y otras criaturas (todo con un toque de terror), pero también del acoso escolar, los abusos, las drogas, las autolesiones… que están a la orden del día en el entorno de los protagonistas.

Es un libro que te atrapa desde que lees el prólogo y que tiene una narración muy ágil por lo que se lee muy rápido. A los protagonistas Abel y Tania se les coge cariño desde el principio y la amistad que acaba surgiendo entre ellos es muy bonita.

Y todo esto que he contado no es ni siquiera la historia principal que envuelve a Abel y a su madre, pero es mejor que no sepáis nada y lo descubráis cuando lo leáis.

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El mundo no es igual de luminoso para todos. Ni tampoco igual de simple. La mayoría hemos perdido el contacto con la naturaleza, con la esencia del planeta que ha hecho posible nuestra existencia. También hemos olvidado los mitos y leyendas ancestrales, sus orígenes y aquello de lo que intentaba protegernos lo que hoy consideramos superstición. Nos resulta mucho más fácil abrazar alguna religión o filosofía más o menos estructurada que indagar en las confusas creencias que imperaban en esos lugares de los que nos hemos alejado. Y tal vez hagamos todo esto buscando, no solo comodidad, sino también supervivencia. Porque la realidad puede ser incognoscible y oscura, casi tanto como los sentimientos de quienes nos rodean.

La vida de Abel nunca ha sido fácil. Huérfano de padre, ha pasado años luchado contra multitud de problemas físicos que le impedían incluso andar. Aunque su mejoría ha sido asombrosa, su rostro continúa hierático, inexpresivo, impidiéndole exteriorizar cualquier sentimiento o deseo. Todos en Arbientes, la pequeña población de la costa gallega donde vive, le conocen y rehúyen por ser el nieto de “La Bruxa”. Todos, excepto un par de chicos que se divierten torturándole y humillándole de las formas más crueles de que son capaces. El bosque es su único refugio ya que incluso su madre se debate entre el amor y el miedo al considerarle un ser extraño que robó la vida a su verdadero hijo.
El día que conoce a Tania, una adolescente con tendencias autodestructivas cuyo hogar ha sido arrasado por la adicción de sus padres a las drogas, todo su mundo cambia.

La novela, a pesar de lo poco que os he contado, no es un mero drama social. Simplemente os he hablado de la parte que de momento podéis comprender, de la realidad que conocéis. La historia de Lengua de Pájaros es mucho más compleja y Victor Sellés os la irá mostrando cuando estéis preparad@s, porque el Mundo Borroso, ese del que siempre se han ocupado los Druidas aún sin comprenderlo completamente, es mágico, hermoso, pero también muy peligroso.

Aunque narrada en tercera persona, esta obra tiene la capacidad de captar los sentimientos y el mundo interior de cada uno de sus personajes. Pero además, supone un complejo juego de aristas donde casi todo tiene una doble vertiente. Sellés experimenta con el dolor de sus protagonistas. Alinea el que sufren Abel y Tania, y lo enfrenta al de María, Encarni (la tía del niño), y Paulino (el cura del pueblo). Y aunque tendamos a tomar partido por los más débiles, no dejamos de comprender las motivaciones de cada uno de ellos.
Juega con el sacrificio de Luna y Guillemot, quienes han dedicado su vida a proteger este mundo, y lo contrapone a su falta de reparos si han de dañar a algún inocente. Nos muestra las drogas como una lacra destructora, pero también como el medio para alcanzar otras realidades. Nos describe los bosques como lugares mágicos, hermosos, y a la vez aterradores. Juega con la luz y la oscuridad, con el realismo más crudo, la fantasía y el terror. Y logra una obra redonda e inclasificable de las que dejan huella en el lector.

Esta novela es perfecta para quienes alguna vez soñaron con transportarse a otro mundo como Peter Pan, o Alicia en el País de las Maravillas. En cierto modo, y sin tratar de ocultarlo, es un homenaje a estas obras que leíamos en nuestra infancia, pero escrito en un tono adulto y, tal vez, contaminado por la parte dolorosa de la vida. Pero que nadie se asuste, Lengua de Pájaros no es una tragedia. No llegaréis a ella simplemente para sufrir con las desgracias de sus protagonistas. Cuando arribéis al pequeño castro engullido por los frondosos bosques y os ilumine la luz de la luna, sentiréis la atracción de aquellos misterios que considerabais invenciones de gentes supersticiosas, comprenderéis que lo desconocido puede ser peligroso, incluso mortal, pero no por ello esencialmente malo, y comprobaréis que cuando dos seres perdidos como Tania y Abel se encuentran, se vuelven totalmente necesarios el uno para el otro.
Y os pregunto, ¿creéis que es posible que una madre en su sano juicio desee la muerte de un hijo sin que este le haya causado ningún daño?
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¿Cómo sería crecer siendo diferente y en un hogar sin amor? ¿Cómo se desarrollaría tu infancia si tu madre te mirara con recelo y quizás también con temor? ¿Qué ocurriría si ese bosque en el que juegas y consideras tu reino esconde peligros inimaginables? ¿Y si tu propia existencia está irremediablemente ligada a ese oscuro lugar que todos evitan? Hoy en el blog quiero hablarles de Lengua de pájaros, de Víctor Sellés, una novela en la que fantasía y terror se mezclan de manera perfecta para presentarnos al peligroso Mundo Borroso.

«Pero sobre todo, a Abel le gustaban los libros que su padre había subrayado y anotado con esmero, los cuentos de Peter Pan, de Alicia, de Dorothy y de Narnia, y otras historia de mundos paralelos escritas por autores menos conocidos».

Esta es la historia de Abel, un niño que ha crecido en soledad y rodeado de los libros de su difunto padre, muerto justo el día antes de su nacimiento. Un jovencito que pasó buena parte de su infancia recluido en cama y perdido entre mundos imaginarios aquejado por una extraña parálisis que le impedía moverse con normalidad. Cuando comienza la novela Abel, tras mucha y dolorosa terapia, cumple dos años desde que es capaz de caminar. Pero el niño sigue sin poder expresar ninguna emoción en su rostro, que es poco más que una máscara. Acosado por los chicos del pueblo que lo llaman Pinocho y ven su enfermedad como una oportunidad perfecta para someterlo a todo tipo de abusos y vejaciones, nuestro protagonista encuentra en el bosque que está detrás de su casa el lugar perfecto para escapar de todo y todos.

Pero durante las vacaciones de verano el reino de Abel recibe una intrusa, Tania. Una joven algo mayor que él, que decide internarse en el bosque para hacer sus bocetos y huir de sus propios problemas. Y así, un primer encuentro casi fortuito los convertirá en una pareja un tanto peculiar que comparte su amor por el bosque y por desentrañar los extraños símbolos y petroglifos que rodean el poblado celta que corona el bosque. Un lugar con mucho más poder y que representa un peligro que el par de chicos no pueden ni imaginar.

«— Sé que todas las cosas en este mundo y en el otro están conectadas por hilos invisibles».

Esta es también la historia de Luna, una joven que desde pequeña fue vendida a un poblado druida en el que la entrenaron para ser un enlace. Su trabajo consiste en viajar con ayuda de un guía al Mundo Borroso, una especie de realidad alternativa o mundo paralelo que se encuentra íntimamente conectado con el nuestro, pero que está más allá de todo el entendimiento humano. Si no queremos que los seres que allí habitan (y que a lo largo de la historia han recibido todo tipo de nombres) lleguen a nuestra realidad para sembrar la destrucción y el caos, las puertas deben permanecer cerradas. Por ello, los druidas necesitan vigilar constantemente ese plano, para tratar de reparar cualquier desgarrón entre los mundos y mantenerlos separados.

Aunque en un primer momento las dos historias parecen independientes, están íntimamente ligadas. Ambientada en un pequeño pueblo de Galicia, disfrutaremos de una narración en la que mitología celta, cántabra y asturiana se mezclan para presentarnos un mundo fabuloso y rico pero también aterrador en el que tendremos druidas, mouros, fuegos fatuos y hadas. Uno en el que bruxas, meigas y niños cambiados, deberán enfrentarse a seres que escapan de toda comprensión.

«Imaginar era una cosa. la vida real era otra bien distinta y tenía una forma extraña de transformar deseos agradables en cosas feas y terribles».

Si bien es cierto que los seres del Mundo Borroso son temibles, quizás los humanos que aparecen en la narración son incluso más aterradores. Hay tanta crueldad que es imposible que no suframos junto a nuestros protagonistas. Puede que como yo, terminen de leer la novela con el corazón un poco roto.

Niños cambiados, druidas, mundos paralelos, realidades alternativas, magia, crueldad… Lengua de pájaros, de Víctor Sellés, es una novela fascinante que, además de ser adictiva y estar muy bien escrita, nos presenta un universo que vale la pena descubrir y a unos personajes que ya no podrán olvidar. Con una ambientación rica que toma elementos que ya conocemos y la mezcla con una mitología regional para unirlos de manera que creen algo novedoso. Es, además, una historia sobre historias. Una novela que hace homenaje a libros como el de Alicia y Peter Pan, para darnos otra visión sobre los portales mágicos que solo los niños parecen capaces de atravesar. Ha resultado ser una novela sorprendente que pasa directo a mi lista de mejores lecturas del año.

¿Han leído Lengua de pájaros? ¿Les llama la atención?
Enlace: http://inthenevernever.blogs..

Dos mundos separados entre sí por tan solo un débil velo cada vez más ajado. ¿Dónde empieza lo real y donde los cuentos que las viejas leyendas contaban para alejar a la gente de los bosques?
 Este libro se desarrolla en Arbientes, un pequeño pueblo gallego en el que todo parece normal. Sin embargo, para María la vida deja de serlo de golpe cuando una noche tras la muerte de su marido su bebé recién nacido empieza a llorar de golpe y al ir a verlo algo extraño sucede por apenas un segundo. Desde ese momento el pequeño Abel y su propia vida no vuelven a ser igual.
 Es muy complicado hablar de este libro sin desvelar la trama principal. El autor divide “La Realidad“ en tres mundos distintos:
El real en el que se desarrolla la trama principal, donde María y Abel viven en una situación completamente infeliz. El niño, ahora con once años, ha superado una enfermedad que lo tuvo postrado en cama muchos años, pero entre las secuelas se encuentran la falta de expresión de su rostro y la dificultad para caminar. Todos le hacen bullying hasta que durante las vacaciones de verano conoce a Tania, una chica extraña, con un trasfondo profundo que oculta numerosos traumas, pero que se convierte en su única amiga, ya que su propia madre le teme y rehuye.
 El Mundo Borroso, que se encuentra al otro lado del velo y habitado por criaturas mágicas, malvadas y retorcidas que están obsesionadas con el mundo humano y se empeñan por llegar a él a toda costa.
 El mundo de los druidas, los guías... son los encargados de vigilar que el velo no se desdibuje y se rompa el equilibrio entre ambos mundos. Todo ello con la ayuda de las Enlaces, chicas que pueden adentrarse en el Mundo Borroso en sus sueños y encontrar las fisuras en la membrana que separa las dos realidades.
 Una de las mejores características del libro es que hace referencia a otras obras como  Peter Pan, Narnia o Alicia en el país de las maravillas y a su misma vez se guia y basa en el folklore para así poder demostrar que los cuentos no son solo fantasía, sino que tienen una base de realidad que se ha olvidado.
 Aunque la novela está calificada como juvenil, la consideraría un poco más adulta, con tintes de fantasía oscura y algunas pinceladas de terror.
 Como única pega, quizás el que el desenlace de la historia se desarrolla tan rápido que apenas te da tiempo a saborearlo cuando todo ha acabado.
 No solemos leer este tipo de historias, sin embargo nos ha sorprendido enormemente y nos ha descubierto un nuevo género con el que sin duda repetiremos.
 Una novela muy recomendada para aquellos que quieran comprobar que los cuentos de hadas no siempre son lo que parecen.